jueves, mayo 02, 2024

El éxito y la recuperación

  La recuperación es la que hizo una comunidad de una zona paraguaya de sus tierras que habían sido despojadas a sus habitantes para ser entregadas a los adictos a una cruel dictadura que duro muchos años; por supuesto, con la connivencia del máximo beneficiado en el continente americano como ha sido Estados Unidos. En España, también se les entregó tierras robadas a personas que apoyan a un regimen republicano democrático, a los enganchados al regimen dictatorial que surgió, barros y lodos.

  Lucharon por volver a tenerlas y que les reportará beneficio a sus familias. Esa paz nunca es estable; los grandes productores de soja vuelven a rodear aquellas tierras. Empiezan a envenenar aquellas tierras con productos fitosanitarios que se supone que es para quitar "maleza", pero para las campesinas del lugar la "maleza" es la que cometen quienes lo utilizan de forma torticera. Aquellos grandes productores la utilizan, incluso, para envenenar a quien se enfrenta a aquellas vilezas.

   Grandes colaboradores son las empresas que fabrican esos productos. CEOS, creo que les llaman a los capos puestos al mando de esos conglomerados, con sus consejos de administración, élites, en muchos casos con la meritocracia de una polvo entre elegidos, que no tiene porque haber sido encamado por amor, sino por la costumbre de la endogamia, que puede no necesitar ni lecho.

   Sucede que a algunos de estos últimos los solemos ver en momentos exclusivos, selectivos, bien sea en el Open de Madrid de Tenis o dando un golpe, de golf, en uno de los tapetes regados con manantiales de agua apropiados, eso si, pagados, aunque sea con dinero público, que se reparte entre ellos.

   La pulcritud del momento es enriquecedora. Tú te asomas como alcalde o presidenta de una comunidad a aquel paritorio de caras y contemplas a la mayoría como en el escaparate por el que se ven por haber renacido para la posterioridad. Se exhiben futbolistas y ganadores, siempre muy requeridos, siempre muy vistosos; que se hacen carantoñas por verse envueltos en la exclusividad. Están por ahí, cuerpos y caras como envoltura para los primeros, los poderosos que tienen la sartén por el mango. Esos CEOS, controladores de mercancías, productos y televisiones en las que nos embelesamos en nuestro tiempo libre, soñadores y admiradores del éxito. 

     Si nuestro héroe, un espartano, salido desde la cotidianeidad, nos concede su afable efigie para vendernos como ese estadio superior, el mundo estará a nuestros pies. Hemos entrado en esos cielos y en esos retablos. 

     No nos imaginamos a una Nadal, vamos a cogerlo de ejemplo, ¡qué culpa tendrá él!; haciéndose una foto con el representante del comité de empresa de Mercadona en la provincia de Santander-Cantabria, que ha acudido al Congreso para explicar que quienes entramos en ese establecimiento, no estamos viendo a esos abnegados y solícitos trabajadores que despachan nuestras prisas.

     No existe la ley, proclama, en esas tiendas; ¡me quedo muerto!, dicen en "todo por la radio". 

      Nuestro ganador, sus selfi "hados" son eso, los garantes del orden. Gerardo Grande, quien ha acudido a un lugar cercano a nuestro hemiciclo, reclama por la ley. 

     Alguno de los que se exhiben, en alguno de los palcos, está viendo a ese ganador, fotografiado para el equilibrio social con sus representante. Pudiéramos pensar que es pecador que acude a la capilla para ser perdonado. El dios católico, dicen, que sólo te perdona, si estás arrepentido y cumples con la ley; por ejemplo, que esa empresa respete el orden que nos hemos dado esa sociedad. 

      La capilla mediática te concede la presencia pero no te pide esa contrición. Vas, te ven, te exhibes, te emocionas con el pundonor que siempre ha demostrado nuestro, "todos somos" Rafa y ya puedes seguir delinquiendo o no cumplir la ley, presionar y vengarte de los trabajadores que denunciar tus malas artes y patrocinar la exhibición impúdica de tu glamurosa marca en un incendio.

     Porque si, hay que tener unos "huevazos" imaginarios, no nos vamos a poner faltones, nos referimos a los de avestruz, para presentarte con tu programa "la cara roja, pero sin vergüenza" y aprovechar el incendio de un edificio de viviendas, lo aclaro porque los hay, también de fondos buitres, que los compraron para especular o para que nuestro "insigne" ministros lenguaraz y también, palquero puedan decir que han venido a nuestra España, esos "ávidos", han venido a regenerar nuestra economía. 

      Así que a nuestro Gerardo, con el que no se hará una foto nuestro superman, lo ha invisibilizado el señor "burdo", marido de newtral, que ha tenido durante horas como fondo de pantalla, nuestra cadena de tiendas, sin ley.

      Ahora que vemos que tantos sudamericanos vienen para nuestros centros de enseñanza, puede que les tengamos que empezar a ver como personas, no el número tal de la clase, y comprender el dolor del desarraigo. 

    Ellos, no son espejos, en los que nos apoyemos para vernos en nuestro éxito, son esos cristales transparentes, en los que tenemos que encontrar los envenenamientos de las grandes multinacionales con sus CEOS sin escrúpulos pero con derecho a palcos y esas empresas que colonizan la pobreza para que estas les den su riqueza, a cambio de esas cuentas de espejo, que envenenan y no se pueden comer.

    De esos Gerardo, salidos de entre las presiones no sólo de los de arriba, sino de los propios compañeros que aprendieron a conformarse con sobrevivir tienen que salir los Alfredo, que comprendan que estamos enfrente a quienes se postran ante las cuentas de resultados y los ídolos que se exhiben en las capillas modernas, los templos del deporte; retablos ante los que nos arrodillamos, aunque veamos que adefesios morales son fotografiados con sus columnas dóricas, empapados en un sudor que siempre nos produce admiración

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y