Pasaron años, mucho desánimo y el poder de los ciudadanos, que se había entregado a cumplir unos horarios injustos. Cada uno en su espacio, cada uno en una lucha por estar con su alumnado, con cumplir con ellos, con el papeleo, con el alumnado desplazado
18h. ya no estamos todos; no somos lo que fuimos, pero califato 3/4 nos pone su Critto de la Nabaha y nos descubrimos caminando porque estamos y queremos una sociedad crítica, sin dar en exceso a unos para precarizar a la mayoría.
Señores que salen a los escenarios escogidos, sometidos, también a los mediáticos, seguros de ser protegido de su irresponsabilidad. A nosotros que nos importa, sus malas artes, si nosotros nos fumamos la sandía y vemos la luna a través de nuestros charcos de veneno.
Borja, Borjita, chico mira donde has caído; vale te lo jugaste todo a la política; pero tu respeto a tí mismo, debiera valer mucho. Parece que ya no bailas con él, como si estuviera en busca y captura y te la puede jugar; pero te perteneció y que te rechace es, al menos, muy fuerte.
De todas maneras, aunque te den el argumentario, a mi no me lo leas ni me lo cantes, que yo estoy en la puerta que se me abre para encontrar mundos, a los que darle estrellas. A estas las tomó prestadas del cielo al que prometemos pintarlo con liquido de aceitunita negra.
Les pongo a los chicos hambre de Çangre, veo al desnortado Borja, con Pilar y mi alegría, Gabriel, relajados, bromeando; queremos saciar ese hambre de empatía, del que carece con sus pelotudas palabras. Lo cocinamos con Clabo y Canela y ese ritmo de 3/4 no se debe envenenar con las palabras de acusar a tu juventud, de ser pro violencia. Escucha en mençahe no der un profeta que nos dice Califato, busca el de la coherencia para que la posterioridad, como te dice un joven que te mira como un outsider ajeno a la empatía ante el genocidio del pueblo palestino. Les alegas metidos en violencia a ellos; tú que sales atiborrado subido a las tecnologías de las empresas armamentistas y vuestras patrocinadoras.
A ese sillón, necesario, para mostrar una sociedad que se puede comunicar, no le puedes cargar los descuartizamientos de niños, mujeres y seres humanos.
Hubo un ¡basta ya!, lo rompieron los federicos, carlos, eduardos, carlos, mercenarios instigadores del odio; ¡puta mierda! si ellos son los que te construyen tu futuro personal o son tus guías en los paseos familiares.
Renace la marea verde; con cada una de las acciones particulares; la necesitamos porque es parte de la construcción de un mundo crítico.
Me sorprende, dice Juan Diego, no se pronuncien por los derechos humanos. Primero la vida, y dentro de ella con una sanidad y educación pública, de todas para todas.
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