Me he colocado justo ahí, donde nace la música y sin embargo, no brota. Creía que la vería manar como la maravilla que hemos vivido estos días por los alrededores, pero el tiempo pasa y el agua sale más abajo, como si no nos la mereciéramos y juega al escondite con nosotros.
Cuando el león aterrizó sobre el césped, Diana ya había disparado todas las alarmas, sin que tuviera la puntería suficiente para ser oída. El rey se dispuso a darse una festín, pareció no tener prisa y se entretuvo afilándose las uñas y con un mondadientes dejar todo limpio de corzo y carnero que se habían quedado amarrados sobre los incisivos, pero esa parte, haciendo alarde de vida propia no quería morir y se columpiaba sobre alguna caries de la que se venía doliendo el felino.
El do, bien que mal había sido o muy grave o sostenido, algo que no había conseguido el re, muy resbaladizo y también escurridizo para aquel público que con esa nota pareció adormecerse o mirar el periódico, por supuesto digital, ¿Quién lee ya LaMarea en papel? un día por unas cosas; otros, porque pareces despertar y temes que llegué Leila y te pregunte si has avanzado con el libro. Mi, podría haber sido un buen aviso, el muy agudo se columpiaba con muchas medidas pero ya sabes lo que pasa. Te pones con una, luego con otra, te entretienes y ya está la casa sin barrer. Después de varios días, por mucho que Marisa le diga que eso puede esperar, Diana, pues la verdad, no se siente cómoda y entonces ya va por la cuarta alarma, el Sol; un circo debemos reconocer que no tienes por donde cogerla, si buscas la sombra, te quedas frío, en el sol y sombra te empiezas a quedar bebido y ya si te pones sólo al Sol pero si es el que más calienta, en contraposición con la misma palabra de la madre que se lo suelta a su hijo que es un diablo y sin embargo, para ella, ya ves, un astro. Así estamos, dicen, todos, como si ya no hubiera educación; no parece que sea cuestión de ponerse drástico, porque vas a exhibirlo una mañana, fresquita de Mayo y ves el caballo a lo lejos y te dices para tus adentros, si cogiera el caballo y sobre la manta que lleva, puede que se me pasará este frio del carajo, ¡maldito grajo!, ¡levante el vuelo, pájaro! no todo va ser follar.
Por cierto, mencionado esto, por aquello de nuevo pájaro, para escurridizo el mamporrero de la r2p104; vamos que sales a ayudarle porque crees que ha tenido un golpe y puede que haya perdido el sentido y si, lo tiene olvidado porque arremete como si en ti hubiera visto al reencarnación a Sofía. Vamos que estás vivo con Milagros, que siempre ha sido más sexual que la primera, más sensual y es que ¡amigo! hay días que estás para lo que estás y que no te vengan con monsergas; con Montse, si, sabes que es agua pasada, que no mueve molinos, pero recuerdos, una montaña, instantes tan impregnados en cada poro de tu piel que se ha puesto ardiente a más no poder, con lo cual, coges la nave y enarbola la vela y te dispones a surcar aquellos tiempos, hasta que embarrancas. Malo, como en trancas que se disponen a darte avisos y tú ¿Qué he hecho yo, para merecer esto y entonces?, dejas a este última y te agarras a ella Milagros, y entonces, ante tí, apareció su corpóreo, que antes era pensamiento, encanto y te dispone a cantar el lalala, esperando que nos desnudemos en el SI.
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