Si para los días futuros, te fuera a perder, preferiría perderme. Parafraseando "a mi bola" a Eddie Veder, era lo que sentía esta tarde delante del libro de Chuck Palahniuk "Plantéate esto" y de la negativa de Pablo Iglesias a que yo pudiera votar en Galicia si nos uníamos a "Sumar yo sola".
Con el segundo el cabreo ha sido mayúsculo. Él me decía ¡Inocencio, ¡¡joder!!, esto más fuerte aún, que no eres gallego! Luego viene la señora verificadora de lo que le sale, si, del toto, y demuestra que eres de la Castilla profunda, pero de la del Sur y nos mete en un lio a toda la militancia.
Le he sacado un albariño y el recuerdo de las 10 raciones de diez platos de pulpo en Melide. Nos la hemos empezado a zampar, y le iba preguntando, "amado Pabliño, ¿pero no ves que acento tengo? si hasta he metido los pies en el congelador de la playa de El Ferrol.
Ya harto y por paralizarme en mi locura, me ha dicho throw your arms around me. Me he relajado y he gritado su nombre en el cielo azul.
Eso si: no he podido votar, carajo.
Mira que me viene a la cabeza, los recuerdos, con la edad gotean como el pis, aquel egregio enterado, hombre comprometido, mucho más que yo, es verdad y sin acritud que pertenecía al partido del aquí mando yo, y ahora mis tetas, podría decir Yolanda, eso si con el intercambio de cromos con el corrupto televisivo: yo te doy cancha y tú la cabeza, ¡dios! de mi amado jefe y guía.
Nunca hablé con él, si oí el rumor del sermón del picacho que se marcó para defender los años que había estado al mando de aquella coalición, por el dedazo del anterior también colocado.
Le escribiría ahora "shed your skin lets get started".
No os vais dando cuenta que sois una marioneta en manos del poder; que queréis imponer vuestras condiciones.
No, no era casi nada allí, en las plazas del 15M, pero era yo. Comprendí algunas cosas aquellos días; con el paso del tiempo, he comprendido vuestra necesidad de controlarnos, cuando todos los pasos que estáis dando van dirigidos por quienes os manipulan, os ensalzan y os arroja, hacía el enemigo, que personalizáis en Pablo, nada de Pabliño, no me ha dejado votar.
Existe algun compañero de aquel adalid de la banalidad, tiene dos dedos de frente, pero la necesidad del mismo seguidismo que siempre se les ha impuesto.
Busco la luz de hoy, pero no entre sus imposiciones y peroratas. Se hizo un sacrificio, porque a su soberbia, la de la jefa de ahora, la de aquel vituperante lengua iluminada, se hacía necesario parar la llegada de la noche en los que volvería a ser difícil dormir.
Ha llegado el tiempo en el que nosotros nos pertenezcamos por encima de tutelas. Comprendamos que el servilismo debe irse.
El libro de Chuck se abre, sus tatuajes se me ponen delante de la cara y me pregunta, ¿tú que decías de querer tener un mínimo de calidad literaria?
Bajo la cabeza, encuentro mi saxofón, empiezan a salir las notas de rainy night in Soho; algunas lágrimas por esos momentos de belleza se derraman en la boca de la campana del saxo. Soplo con ganas y entonces jugamos a hacer la orca, la gota, bien; yo, en tercer giro, me abro la cabeza.
Tres puntos y una aurora boreal
No hay comentarios:
Publicar un comentario