Manan las aclamaciones a la libertad
Salvajes formas, las que nacen del poder
Si, si Libertad, proclaman sus voceros
Mientras nos lanzan miles de sus actos con las octavillas encabezadas por libertad; nos visten con sus sedas de logotipos lloviendo libertad.
En ese tiempo a mí, alguien, me hace escuchar en sofá sonora a una persona que aparté de mis gustos musicales, Sinéad O'Connor; su vida, sus compromisos, su coherencia vital, son expuestas durante el programa Me agarré a tres o cuatro tópicos, para evitarla.
Amamantaron esos clichés las multinacionales y dejaron que creciera en mi baldío campo de búsquedas.
Assange nos dió acceso a reflexionar sobre los cielos de libertad que nos deleitan y nos aplastan. Nos abrió paso al conocimiento de sus agujeros negros que nos ocultan, el ozono destructor al que se admira, mientras nos deshace.
Visiones lanzadas a seres cegados en su supervivencia.
Dueños se jactan de su poder para esconder los cimientos de su Libertad, mientras nos sentamos a admirarla, en un portal en el que nos puede caer una bomba o ser acallados por cumplidores de la ley, sin que reconozcan que es la que les imponen a ellos y nos encierra a quienes no creemos su palabrería.
A Julian Assange, que abrió las entrañas de mil actos que vivimos.
Al párroco de Belén que nos dice que lo siente pero no tendremos el consuelo del beso de despedida por haber callado en el genocidio de Palestina. La infancia desmembrada por nuestras rastreras justificaciones. Nos habla el presidente de una fecha del comienzo del horror, desde una equidistancia que no tiene día; la hecatombe se deslizó desde el día que nuestro maldito sentido de la culpa se quiso borrar con el consentimiento de una injusticia.
A los millones que salen de su propia calefacción para exponer al frío y a los especuladores con armas que "no en su nombre, no tomando su propia libertad".
Quienes se manifiestan no les dan permiso para erigirse en guías desvergonzados con sus fratulentas naves sobre sus cielos de una LIBERTAD que arroja plomizas especulaciones, armados odios, comprados vendidos salvapatrias, mercenarios por la riqueza, ciegos a sus horrores producidos que aumentan los ingresos de los ya fanáticos del poder
Libertad para Assange
Stop al genocidio en Palestina
Ser consciente del poder del conocimiento,
deslindados los márgenes puestos por los canallas servidores que igual aupan al bufón que ataca a la casta que, a su vez, se ha disfrazado de débil cordero, antes de asestar sus certeras dentelladas mientras nos dicen estúpidos.
Esos menesterosos, por otro lado, son capaces de ofrecer a los Assange, Pablos, subiéndolos a las picotas para que las masas les crean sus enemigos, mientras sus amos nos siembran una sociedad esparciendo SU MALDITA LIBERTAD DE ELLOS, PRIVILEGIADOS
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