miércoles, agosto 30, 2023

Los restos; el mueble viejo, segunda parte

 Eché el resto esta mañana; era lo último, esquinero y unas sillas. 

 El esquinero, me trató de intimidar con el famoso: "con lo que tú has sido"; la silla más deteriorada en su estado de ánimo y en su estructura me habló de cómo me había soportado cuando caía lloroso, consciente de mi poco oído para generar composiciones con el saxofón. Incluso, se inventó que había sacado sus brazos para arrullarme y calmar mis intensos hipidos.

  El esquinero que es muy de ir por ahí, entre vertice y escuadra me recordaba cuando en un momento de mi vida, cuando todo era inseguro y como dicen los pijos, no me llegaban las ayudas para subsanar mi pobreza, tuve que vender mi cuerpo, no a la ciencia, ni a la pintura sino a necesidades sexuales inconfesables, para ellas; yo, hubo un momento que estuve contento con quién era y puedo mirar a lo escrito, sin ningún rubor pero claro a ver cómo lo pongo en el currículum. 

  Los restos son los que estoy echando, pero de mis ánimos, no veas aquí, tumbado en la carretera a ver cómo se nos aparece la luna llena pero en azul. Estoy dando cabezadas y a mi que me parece blanca. Lo que era azul era el queso de mi prima. Me dice que lo ha traído de Asturias, para mí que lo ha traído de las tripas de la cabra de forma directa, como decía el comentarista, sin solución para la continuidad. 

  Igual le debe pasar a Alberto, todo le empieza a oler mal, pero para mí que lo que se pone es morado, no por el marisco que se le indigestó, sino por la penitencia que es tenerla diciendo chorradas y cada vez con más votos 

  

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