jueves, agosto 10, 2023

Hayek, Cuca y Fernando

 No existe Estado social solo individuos que interactúan en relación con el mercado en el que coinciden y que tienen en su libertad individual la máxima de sus acciones. La igualdad y la justicia social es una prisión a la que rechazan. Hablan en nombre de un dios, del que se dicen enviados pero al que venden y ponen en la despensa cuándo no cumplen ni uno de sus mandatos.

   Hayek, al que estudié un poco y no entendí de la forma global que hoy oigo en Juan Carlos Monedero, tiene entre sus discípulas a las Díaz Ayuso y a esa, siempre teatral, visceral, sobreactuada y "bienpaga" (que ese su dios  bien tenga en su gloria al navajaespaldado Casado, ni de su nombre me acuerdo).  

  Individuos inconexos a los que sermonean, desde púlpitos e ira para que oigan, sin comprender, desde esa lógica que entre ciudadanos el que destaca es el que gana, en su enrevesado razonamiento.

   Les ponen un ídolo, libertad, ante quien postrarse, a continuación les dan una patada en Extremadura, Aragón, Valencia, en su momento, Madrid y cuando se vuelven les dicen, ha sido aquel, siempre existen culpables fáciles, Bildu Txapote, Podemos rata, comunismo stalin. En las anteriores comunidades no ganaron, en el Estado, si, en votos; ellos dicen de individuos, sin capacidad de asociarse. 

  El mercado les recompensa, estos necesitan orgasmos rápidos de placer en ganancias, en saquear a esos "libertos" individuos, en un orden en el que ellos controlan las botas y rodillas que asfixian las atolondradas individuas, con tubos donde aspiran su libertad, sin saber que a esos, las gaviotas los pueden tapar y asfixiar.

   Cuca chilla al individuo, su colectivo ha ganado; no se preocupen es de individuos, que existan partidos con capacidad de asociarse para que funcione la sociedad, ante su sobreactuación parece un pecado, una tragedia, el mal, su enviado el diablo.

   Ante tanta sinrazón, egoísmo, denostar y demonizar al otro; como diría Trump, y su visión de asesinar a un ser humano y seguir sin perder votos; unos asaltan Congresos, otros van a ayuntamientos guiados por dimes y diretes, otros asaltan Consejerías que les hablaron del "laissez etre, laisse faire", y otros, o más desesperados, o crédulo hasta el altar de sacrificio, o víctima en busca de recompensa para la familia se inmola a la vez que se lleva por delante a un candidato presidencial en Ecuador, Fernando Villavicencio.

  Mientras desde la macabra inocencia, cantan el "piopio que yo no he sido". Aunque hayas puesto tan cachondo a un armado que dice que mataría a la mitad de su individualista país 

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