martes, agosto 16, 2022

Cleese, privilegios empequeñecidos

 Cuando vuelvo a ver el sketch de Jhon Cleese sobre vivir en precario, le vuelvo a recordar que es un privilegiado. Nos hemos acostado hace tres horas; hace cuatro horas empezamos a ver Twitter y después de bloquear a 500 bots, comprados en granjas, y 1.000 sicópatas que creen a pies juntillas que el marisco tiene que ir en la paella y me amenazan en venir andando por el lago al que le van quitando agua, a través del mezclarlo con petróleo que han ido a coger de un derrame de un gran barco que lleva el más nocivo. Me aconsejan que me lo ponga como parche en el ojo herido porque un chamán ha tirado una flecha por facebook con tan mala suerte que en la pantalla donde duermo, y por no haberme cortado bien las uñas, al tener un agujero se me ha clavado mi baile en tik tok sobre la curcusilla, pero esta no tenía respaldo y me ha seccionado los pulmones con el aire de los cuales les puedo dar aire de comer a los hijos que me quedan. Como diría el idiota, porque no puede ser otra cosa, ni sabio, ni corredor de bicis de miniatura: "dios atraviesa pero no otorga".

   Le recuerdo a Jhon, con mi flemón ingescoces que este me ha servido como cubito de hielo, cuando me han dado un whiski de Malta, capital tiene, algunos fugados, y que lo tenido que descongelar, la flema porque me ha dicho mucho inglesa, pero viene de llevar diez hora a un elegante a cuestas y te planteas porque no lo hiciste después, porque como instramer con tres o cuatro de ellos, en polvo, se te van volando por las orejas y petrifican en Toledo. Al salir, tras las cuatro horas acostados y cinco en la red, reduciendo sus telarañas, me he encontrado que la bifurcación hacías las Navas, no tenía ni gravilla, que la he probado, ni carretera, que me dispongo a trazar sobre el agujero que he tapado en uno de los psicópatas.

  Cleese se ha venido abajo cuando ha visto que los demás, se iban atragantando entre ellos y que de sus muelas moliamos los despojos, por si el del marisco encontraba a bien, dejar un grano. En el confiamos para la supervivencia de 6 personas; mi padre, mi madre, con su otro marido, la novia de mi hermano de 10 años y la madre de ella. La abuela se ha independizado y ha pedido que si sobrara algo se lo enviemos de vuelta a través del pájaro que nos trae el grano y que claro tenemos que pagar tras llevar diez horas trabajando y seis durmiendo. Porque lo uno, siempre se ha dicho no quita a lo otro, sobretodo si es colchón raído que se coló por el agujero. Martínez, nos mira, echa el brazo hacia y empieza un progresivo avance , acelerado que termina impactando en la cara de mi hermano, que con la torta alimenta, a su ya suegra. La progresiva aceleración permitió que la abuela tuviera tiempo para salir, mi padre, desmontarse, mi madre, sacudirse y el otro, que se preguntara que hacía él, allí.

  Mi hermano por poder repartir, cantó a Leño y es que de agradecidos es no haber amanecido


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