lunes, agosto 15, 2022

Alimentar nuestro precariado

  Escribo con un dedo, pero no encuentro el punto sexual. 

  Acuden voces para ser mezcladas en un almíbar, tras un tiempo sin querer vernos; en dos segundos, ves que existen neuronas vestidas con estereotipos.

   Alguien encuentra el enemigo en un muñeco mientras exhibe una cruel dependencia de lo oído entre tapas y alterne

  Un muñeco hecho hombre, pone una alfombra al odio, sin haber sabido nunca pisar fuera de ella. Ni explicarnos sus certezas.

   Visitan una ciudad para comprender animales y descubren que bestias mataron a seres humanos.

   Nos creemos los enemigos y odios que nos dan mientras privatizan  nuestras vidas. Miramos y oímos pero no vemos y escuchamos los espejos de los que estamos rodeados y nos devuelven deformidades

   A quien te dice escuchar a un, para tí, lejano casi olvidado, no le puedes explicar que por las ondas viajan libros, vidas encerradas ( un año ha pasado de la huida Occidental, tramposa, cobarde y calculadora, de la toma Talibán de Afganistán), letras, humor y sobre inteligencia para escuchar lo oído. ¿Cuando decidió encerrarse?

   Acuchillado a quien te dicen muñeco, convertido él mismo en un autómata con hilos controlados por alguien que te dice que puedes ser, sin oportunidad de hacerte

   Brutalece la vida de un país quien señala buscando no ser señalado en sus incongruencias.

    Pasó hace 46 años; vívimos en una inocencia; señalados quienes protestaban como enemigos del orden. Lo admitimos y de aquellos lodos de Marzo, todos los lodos que nos han gobernado.

   Acudimos prestos a proteger el escaparate de Dios, Patria y Rey, productos gancho de vendedores que privatizan los servicios públicos para que sus dueños se humedezcan con las ganancias particulares, mientras sus ganancias son carencias para los ciudadanos  que son quiénes forman los grupos

   Patria, un dios qué no sirve a nadie y una república que puede cambiar su representante.

   Escuchan los huracanes originados por sopladores, mientras las brisas que les llegan las tratan por vientos molestos, para igualarlas ya que se empequeñecieron al admitir sus sumisiones.

   Elaboraron su propio círculo diabólico y creen que lo externo les abrirá su espacio y tendrán miedo a caer en un vacío donde existen preguntas que resolver.

  

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y