Empiezo por un lugar seguro; alguno de los lugares por donde mis carreras me han llevado estos años. Aún despacio, lo recorro, es el inicio del Alto Tajo.
Me transporta a una feliz primera vez, no hubo sexo, de aquel invierno en el que entre brumas subí, leyendo, la gran cuesta que no recorrí de pequeño y que era el balcón a aquel espacio al que amaban los visogodos para soñarse amaneciendo en otro renacimiento.
Me distraigo mirando a un lado, imaginando un casa, tras una bruma o la luz de la amada, en el ultimo reflejo del sol. Tantas curvas, tantos cambios de rasantes que en algunos de ellos, pierdo la perspectiva.
Pese a momentos tan agónicos, como la llegada a Tafalla, en un camino finiquitado en Logroño, por no encontrar más sentido. Siempre he confiado en mis fuerzas. Hoy, estas fallan. Cae la oscuridad como un pesado manto que me hace tropezar y herirme en una de las piernas y en la cabeza. Noto el calor brotando por el muslo, como si una fusta lo hubiera cruzado con una violencia que me paraliza. El dolor se apropia de los pensamientos que desorientados se entrecruzan y se golpean en paredes que les lleva a otros días, a otros miedos. Muchos mundos pasados se quiebran en esas tinieblas y las voces de las noches, son ininteligibles; podrían ser humanas, si aparecieran los que cayeron agotados o golpeados con las saña del hambre o el odio fabricado para crear terror. Podrían ser animales desollados vivos por las hambres infinitas agarradas a las trincheras o a los pueblos abandonados al ser masacrados desde aviones.
Suenan bombas en el interior de mi cabeza y al quererla sujetar porque pareciera que se quisiera desprender de mi ser, comprendo que mi sangre mana en abundancia y esa piscina en la que creía ahogarme es un manantial que acierto a tapar con mi inseparable papel con el que me acompaño en todas mis correrías. Por lo que fuera, hoy, al ser tan abundante la cantidad arrancada, este me ayuda a obturar mi herida
A tientas, arrastrándome por lo debieron ser sendas, arrastro y golpeo; avanzo y caigo. Si hubo alguna esperanza, sé que me encuentro en algun lugar entre las hoyas, Vanzancao y con los golpes, repitiéndose y la sangre que aún pugna por salir, podría ser la entrada a los Infiernos.
La noche para el tiempo, como en aquella historia que nos contaban de pequeño en la que el Sol se paró para que una ciudad cayera, fruto de su soberbía. Aquí, cada segundo es la grandiosa construcción en la que una hecatombe sucede a la anterior y en el que un sueño cae en un vacío sin la piedad de un posible artificio de alguien que vagará sin encontrar un cuerpo al que aliviar.
La promesa que tengo cada día que emprendo alguno de los recorridos es que el cuerpo de esa naturaleza amada me acogerá como una amante a la que le concedes cada uno de los sentidos: para oler sus fragancias con las que ensimismarte en sus aromas que se van impregnando en los poros que se llenan de ella. La noche utiliza un escanciador, tal vez más húmedo, para que en mi situación, su labor de perfumista mis músculos encuentre un fragor al que agarrarse.
Sin vista, encuentro los horizontes de los paisajes que sujetan los cuadros en los que nos incrustamos para tener el corazón que palpita en cada trazo de Van Gogh. Dándonos tantas vías para introducirnos en sus flores, saltar sus ventanas, acostarnos, ahora sí, en nuestra maltrecha cama de la noche; le imagino en esta noche donde la paleta se ha caido y se ha mezclado con el barro que le retiene y ahoga, también, ahora como por venganza, al quitar el sabor de esas tierra que ha rechazado la invasión de las hierbas pérdidas por ser arrasadas por cálculos humanos; tan dioses, tan errados, estos. Perdonan los suyos, rasgan la piel que sujeta, la de quienes no se pliegan a ellos.
Don't fall apart on me tonight, Fraguas
Cuando todo quiere desmoronarse y los muros en lo que te construiste se deshacen, queda tocar, agarrar ese espacio que has revivido. Aunque asustado por no encontrar las caricias de los pinos de Riba; besando el recuerdo de los que se fueron, que siento que me abrazan. Me escondo bajo la fria piedra, tras haber fabricado un colchón de ramas de romero, de sabinas como tomaba Julian para construir sus muebles y de piñas que con sus rugosidades juegan a hacerme cosquillas para decirme buenas noches.
And I need you, oh yeah
Anclado al fondo del océano de la noche más inmensa, donde las estrellas son borradas por los aguas de la agitación. Lejano, más aún del final del universo que emerge un sonido, pudiera ser un bip metálico que contrajera todavia más mi cuerpo dolorido. Repite, al principio, como en una encalmada, la nota que surfea la ola sin nieve. Me acude
Yesterday's, just a memory.
Es Bob Dylan; si fuera sus letras, sería un viajero solitario, ya, en un bello barco, pero sus inflexiones, su voz, creando la noche me da sosiego, me convierten en un lobo de mar, encontrando una naturaleza conectada. Tajo, Fraguas, pueblos de una España vibrante, escondidas entre tantas vidas tan diferentes a las humanas.
I ain't too good at conversation, Fraguas
pero escucho los sonidos de lo que creáis y camino, roto, pero os busco.
Os necesito como una sociedad, se construye con las manos de quien aman el medio ambiente, los corazones de quienes se unen con el compromiso y la inteligencia de desprenderse de los eufemismos en los que nos encierran, para crear mundos posibles.
Don't fall apart on me, never. Cada una de los edificios que construíis para hacernos mejores
I need you y a todas las personas que son capaces de mirar con los ojos de los encuentros.
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