Un análisis pormenorizado de las interacciones entre mi báscula y mis kilos, saca a la luz, que los fines de semana, tras acudir a algunos de los diferentes festivales de música, un descenso de las endorfinas me provoca un sobreexceso de miradas lascivas. Alguna de mis admiradas me avisa te estás poniendo tibio pero sólo es de la vista. Eso te producirá una flacidez que no encuentro adecuada para nuestra relación; me termina de confirmar. Yo, que ya me he hecho tan dependiente de las que parecen fuertes. Como la Comunidad Europea lo es de Estados Unidos, me inscribo en el gimnasio que ella me indica.
El primer día, yo que no he sido nunca, ni de visitar estos lugares, me quedo admirado de los aparatos que hay allí. Mi vista recorre cada uno de los que me va señalando. Pienso, no podré venir muchas veces, pero compraré los aparatos.
El segundo día, se han dado cuenta de mi extrema debilidad y entonces me dan palos de madera en vez de barras de acero. Igual me hacen realizar sentadillas hasta sentarme en una silla, pegada a mi, para no tener que agacharme con pesas de 10 kilos.
De alguna manera, me lo van diciendo y recordándome que a parte de los aparatos comprados, seguir sus dietas también me ayudaría. Cuando ya he comprado el lote completo. El tercer día veo que quien me ha aconsejado es la dueña de ese gimnasio y veo que es una cadena de muchos espacios a cual más glamuroso.
Cuando Pelosi aterrizó en Taiwán para hablar de libertad. Yo hice todo lo posible por no ponerme flácido cuando me mira. Enseñé músculo solar, vientre eólico pero no me sirvió de nada me dio a entender que la debía comprar lo suyo, es lo que tiene ser admirador de esa gran palabra que la tienes que pagar en toda sus barrabasadas. Sin ir más lejos y haciéndome cruces, bueno estas, no:
Ayudar al rico, es necesario, que lo pagues tú es un signo de los tiempos. Antes de tapadillo, ahora sin ninguna vergüenza
No medicalizar centros geriátricos, es ahorrar gastos. La vida es la de "los otros" y ya vistes en la película, podían estar muertos
Todo es un lío. Ahora, vamos con Taiwán, antes con Arabia Saudí y cinco meses antes con Ucrania. Y, en esta situación te lías porque no te queda más remedio porque te comprando el gas más caro. La gasolina, mala y a alto precio. E igual que a tu admirada consejera de tu flacidez, aquí terminas pagando todo más caro.
Y la cara, floja no la tienes, pero se te queda tonta, de tanto verte atrapado por eso lodos de los uno salen impunes y a tí, te los hacen paladear
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