miércoles, junio 30, 2021

Nina; te dejo

 Me he puesto el chic y me he dicho: pa'lante. Locura total. Llego a la cola. ¿No hay dos?

  Se ha vuelto hacia mí, haciendo aspavientos, como llamándome depravado.

  Yo, en mis trece. Llevo años escuchando la matraca y me he reafirmado en la pregunta: ¿Donde está la segunda cola? Debiera ser más, he afirmado con mi cara más inocente. Una señora, me ha mirado desde el solitario pelo que luzco en mi frente hasta las uñas de mis pies labradas por maratones. Su mueca y su laca parecían mostrar desprecio. Se le ha fijado.

  En su respuesta, con ritintin, puso una faz canida, dijo ahora ahora sólo español. Cantó a mi pie que le dice trepa a quien lo es, sin ningun mérito, ni tan poco vergüenza, le observa impúdico

Gracias por seguir cantando y darme sorbos de inglés, mientras le daba mi en ninguna hora buena al busca chollos.

 Nina teclas de porciones de sangre derramada para borbotonear nuestras migraciones



No puede ser Itaca

 Habría intentado hacer una versión juvenil del "viaje a Itaca", me había leido a algunos de los autores que más habían trabajado la literatura en estas edades y por otro lado, en el quicio de la ventana que en verano no visito, había dejado aparcado al autor de éxito que ahora, por supuesto, con más nivel, prometía que entraría a escribir para estas edades. No había puesto ni basura, ni riego automático, no sé si daría algo de sí, lo de este soberbio autor.

 No puedo, como voy a meterme a describir lo vivido, si hasta las sirenas, enloquecidas, caían sobre la cubierta de la nave en que me hallaba embarcado, desorientadas, aterrorizadas por las voces que salían del palo mayor del que había atado al autor de los sonidos más espeluznantes que decían haber oído en su vida estas sibilinas, aviesas y, por momentos, destructoras insinuadoras que habían llevado a tantos marinos contra las rocas en que se posaban

 En los extertores de sus vidas, con sus nervios desbocados, sus cuerpos heridos por hierros de anclas y de arpones a los que ellas mismas, cegadas por los nervios, se habían arrojado, lograban abrir los ojos y, sacarlos de sus órbitas, al comprender quien era el ser que había sido capaz de sacarlas de su condición semihumana, para haberlas convertido en masas vencidas.

 Si sus cantos habían sido tan penetrantes, tan efectivos, tan divinos, que habían reducido a los huracanes a coros para sus voces y a los  maremotos, que ya se acercaban con todo lo recogido en las islas de ocio, con barcos que se habían añadido a su punta de lanza, en instrumentos acompañantes menores. 

 ¿Como podía suceder su total derrota ante lo visto en aquel palo mayor cuya vela sustentada habían sido rasgada por la intensidad de aquella voz?

   No puedo, no puedo ni siquiera mencionar el nombre de ese ser enloquecido, barbado, de furibumda mirada. 

   ¿Quien puede haber fabricado un altavoz para que ese ser, aparente niño tras la máscara, pueda soltar en decíbelios inconexos semejantes balandronadas? 

   He hecho algun tanteo en alguna editorial que arriesga hasta el límite para interesar a sus jóvenes lectores en otros mundos posibles. Ni ellos quisieron tratar el tema que les proponía. Cuando leían los olores putrefactos de los espumarajos que soltaba ese ser que habían convertido la mordaza  en una papilla que le tejió un adyecto potaje aún más vomitivo en la conjunción astral con aquellas espumas de aguas fecales. Les veía que, por un lado, no daban credito a la existencia de semejante ser y por el otro, me miraban como si fuera yo el enfermo que imaginaba tales brebajes. Y no fuera uno de estos, quien hubiera alimentado por años a nuestro personaje.

  Estaba atado, amarrado y en la medida de lo posible, sedado, si es que algo podía sedarle, pero su carnivora voz para ir a otros mundos, para avisar del fin de los mundos que habíamos conocido. 

  Traspasaba barreras de sonido, como si de los avernos vinieran servidores para ampliar, aún más, la potencia de sus gritos enfervorecidos por tantanes hipnóticos de siervos con hambres insastifechas para mil años.

   Una sirena, como último servicia, reconociendo haber sido vencida, lanzo un beso imaginario de un amor puro. Se materializó y cuando le llegaba a su boca, la abrió y asomaron unos colmillos que hizo trizas a aquel ósculo.

  ¿Qué podría yo ofrecer a la editorial, para encontrar un nuevo viaje a aquel barbudo alocado que pudiera mirar nuevas itacas, si hasta a sus ojos les había descabritado?

martes, junio 29, 2021

Al lado de Moderdonia

 Mi pais está al lado de Moderdonía; no encuentro la forma de entrar donde la radio invita a romper el equilibrio de las ondas. 

  Sucede que ha llegado un nuevo verano ante la impotencia de lo que no para de suceder. Pese a conocer toda esa temporalidad, sueñas con las delicias de sus balanceos, los zarandeos de las olas en tinieblas y el pánico de encontrar los vacíos a los que no te pudiste agarrar. 

Hoy, anclado en la barandilla de ese mentiroso inmenso océano, suelto la cuerda que le ahoga para que me responda la preguntas inmediatas de las zambullidas que agrietan mis labios para ya no recordar como decir tu nombre y, sin embargo, falsificar mi voz que te clame diosa humana que recorre con su mano mi espalda electrificada. 

   Mana de una palabra sus adjetivos con sabores a cielos e infiernos de flores quemadas; sus verbos de entradas y salidas a círculos de muerte o vida de un agua atravesada por las impudicias tejidas en nuestros días. Busco magas que sepan embrujar lo repetido para desconstruir bosques en los que las luz eran golpeada hasta caer derribadas por las contundentes desesperanzas de lo común. 

¿Cuántos problemas añadiría a mis impotencias, para atravesar esas aguas entre piedras que había ido alimentado para que me produjeran los dolorosos cortes que justificarán mi quietud y a las que yo fecundaba con un silencio sin esperma?

 Estarían los bosques yermos de habitantes que nos explicarán a nuestros mayores. La vitalidad  de un romero que acunaba unos jabalies que describieran las migraciones de una tierra que había dejado de ser cimientos de ilusiones y alimentos de bocas que se interrogaban por tantos sudores invernales y derrumbamientos veraniegos por unas tierras sin miramientos a las necesidades más básicas.

 Ahora, desde nuestra atalaya descendiamos para que una canción sonara con las palabras de los puentes; una entrevista narrará nuevas esperanzas entre las miradas que volvían atrás anegadas por las aguas abandonadas; no muy lejos, los editoriales tenian los pies para soltarse de las manos dirigidas, para dar los pulsos de quienes buscaban entre los arcabuces de las certezas.

 Dice Él, que existe un poeta. Tal vez, en los miedos de intuir finito este nuevo tiempo; construyas desde la rotura de las amarras, un pequeño velero que sea empujado por un sueño hecho realidad que tiene nombre crudo, Javier

lunes, junio 28, 2021

El título

 Tiro de recuerdos y se van entremezclando para crear un cuadro en el que pueda encontrar alguna de los paisajes en los que he desarrollado sueños.

 Encuentro una calabaza, crecida, alimentada por algunas de las aguas podridas que la han ido dando su actual prestancia. Me tomó tiempo reconocerla porque había mutado tantas veces, que creyéndola redonda y tenebrosa por el famoso Halloween, la encontré un día sentada como cuenco en un ruta muy transitada, sobretodo en  peregrinos veranos. 

   No muy lejos de un cerezo, noté como sus ramas entrelazadas se habían conjurado para ofrecerme reposo. Había terminado exhausto aque año escolar, mucha culpa la tenía el haber portado como unas cadenas la mascarilla propia y la del todo el alumnado que parecía un bozal que nos habían puesto soñando con que nos callarán. Sin conocer la capacidad para desarrollar esa habilidad en situaciones aún más inverosimiles. Eso no quiere decir que algunos finales de sesión, en mi caso, al llegar al coche, a veces, era encontrar una puerta de salida sellada, hasta que el agua diluía la cerradura.

 A estas circunstancia, se le unía el salto al vacío que había hecho para encontrar  una satisfacción que no encontraba en algunas de las propuestas que llevaba años planteando. Pese a las exhaustivas explicaciones, una mayor participación personal en cada una de las acciones, me hacía ver mi función de pegamento que necesitaban ante peticiones nada usuales para su edad; se les invitaba al malabarismo, al equilibrio, la creatividad, a explorar con la voz, las intensidades en cada uno de esos aspectos, incluso se les hablaba de los horizontes del silencio. 

 Una calabaza engendra un cerezo con un corazón para el verano.

domingo, junio 27, 2021

Barcos en una reguera

 Hoy he buscado el barco, porque el agua lo he tenido por exceso. No ha sido nada fácil y creo que además la nave ha renegado de mí. Le he mirado a los ojos, y en un gesto característico de dibujos animados, he subido los hombros y le he tratado de transmitir que habían sido las circunstancias.

  Me ha devuelto una mirada dura, mantenida, reflexiva como pasando la minuta por la imprudencia de haber ido tapando cada uno de los canales por donde debía circular. Como si me conociera, parecía decir que la lluvia  podía ser previsible porque era primavera. 

  Con mi cabeza también quisé pasar el muerto al otro. Se afirmó en su gesto como diciendo: oye tú, a tu edad no has comprendido que apoyar la construcción de tu tiempo en quien te embarca en pasos de estrechos con corrientes diábolicas, o acantilados que seccionan tus costuras mas adheridas a una columna vertebral golpeada por vientos huracanados. 

 Hundido quise justificar mis ausencias, porque en otros lados, parecía que me llamarán como si fuera imprescindible, toda mi sabiduría. Aquí, a los gestos anteriores, soltó una sonora y corta carcajada. Me dolió como al que le insertan una cornada en salvese usted esa parte. ¡Vamos hombre! creo que hace tiempo te has dado cuenta que no alteras las costumbres ni de unas hormigas que siguen su senda por los caminos más visitados por esos gigantes llamados seres humanos. 

  El caso es que mis cuatro horas de zozobra entre tuberías diabólicas, llenas de un agua que no llegaba a ningún sitio, ha sido la cruel venganza de tantos olvidos. Mi exasperación no tenía límites y incluso personas que pasaban por allí, se me convirtieron en extraterrestres, por supuesto, maléficos y con ganas de destruir nuestra civilización humana. 

  He regado, no bien, pero hubo momentos que ese tal Ulises, con sus desmesuradas aventuras, en parte traducidas, por el eterno Juan, parecía un pelele ante la magnitud que tomaba el no saber el rumbo de unas gotas por aquí, la ocultación de otras que parecieran querer una experiencia neozelandesa por allá. 

   A los chopos talados pongo por testigos que no volveré a lanzar tantas anclas para que un expansivo barco, se vea coartado en los puertos que le hayan enseñado otro momento de vida

sábado, junio 26, 2021

Drama o pequeñez

 Atisbo a encontrar pequeñas miserias entre las percepciones de excepcionales paisajes dramatizados por el hacedor. Percibió él, personajes sublimes que hacían todo lo necesario para que un parque fuera el más bello o un instituto el más acogedor. ¿Cómo negar una evidencia, si bajo el Sol, relucían los hechos?

 Resultó raro que contrastara las seguridades con esos enemigos lejanos, o cercanos en montes próximos, a los que achacaba algunas palabrerías que no tenían, ni un buen principio, ni un honesto fin. 

 ¿Sería el dios de estos tiempos que parecen poseer tanto partidos políticos, como directores de institutos que conocen el bien y el mal, por sus absolutos?

  ¿Temía que se oradaran las sólidas torres con cimientos putrefactos que eran necesarios nombrar como un exorcismo que les alejara de esas bases de bondad, entrega y magnificencia que habían sido faros para vidas en formación?

 Tomando ese camino, quien necesitaba distinciones, quiso esconder las sendas de los otros, de los diferentes que incluso perdieron parte de sus emolumentos para defender que la educación pública, tiene que ser de todas y para todos. Donde los privilegios no se puedan enraizar porque no debiera haber una educación privada, selectiva y subvencionada.

   Temía el oscuro mentado ser producto de su exhibida pequeñez y ser dominado por una malsana envidia que aún remarcara su no llegar; pero en mitad de la noche, le venían proyectos europeos con entregas, incluso, de autoestima. Acudían volando entre negras equivocaciones, la lucha por defender una escuela inclusiva, una educación por proyectos o incluso, un recordatorio, gritado por la exaltación de una directiva que derrama el imperativo del silencio, que a una excursión a una multinacional de la excelencia, se le tendría que poner el colofón de las explicaciones de las procedencias de tantas ropas baratas, de las que nos habíamos hecho merecedores. 

 Un discurso de la victoria que al buscar un perdedor al árbitro, juez le caía en su balanza de discurso dicharachero, el monóculo de su prisma. Por muchos años, si esas son sus victorias.

Por si acaso, sigo buscando crecer, algo que me pertenece. No le concedo su juicio

En el parque, me extasio

 Me encuentro con ella en el parque; es un bello momento, nunca pensé que tendría esa oportunidad y sin embargo, la amenaza aparece en todo su esplendor. Me quedo observándola, tiene unas formas perfectas, casi con medidas griegas, sus palabras tienen la contundencia del martillo del Thor. 

 Cuando empieza a andar, es lanzada de una manera "padrinesca" como en un susurro pero cuando va avanzando por el espacio, va cogiendo la contundencia de una ola gigantesca; como para centrifugar cualquier duda forma un tubo sobre el que te centrifugara si no tienes la habilidad suficientes para surfearla.

 Tarea nada fácil, si el agua forma círculos perfectos, aquí las amenazas, crean rugosidades por los cuchillos que asoman como avisando que no hay otros horizontes que someterse.

 Como no enamorarse de ese momento, en el que "el posturas" expulsa sus palabras como creando un halo con pretensión de ser un elegido, por los mensajes que trata de carraspear, pero, por desgracia, es abrumado por  la presencia de los actos que ha ido ejecutando a lo largo de sus vida y que han dado la medida de sus ropajes, de exterior excelso, de interior de podredumbre, miseria y traición a lo que dice defender, aunque sólo cuando hace un cuarto de siglo, consiguió el sortilegio de juntar intereses miserables de control social.

 Vuelvo, que me voy; decía que me quedo extasiado cuando escucho, más o menos, perdonen que no haya adquirido la capacidad de la exactitud del corte de sus afilados cuchillos; que sepan, la Iglesia y los empresarios que hemos tomado nota (de su apoyo a unos indultos).

  ¿No es para quererlo?; ¿No es para buscar que en la vida tuvieran momentos donde fueran tan transparentes?

  Una vez, dos veces, tres veces y un empresariado que se echó en las manos de un partido que les prometía que mirarían para otro lado, a la hora del pago de sus obligaciones tributarias, de su respeto hacía los trabajadores que eran los cimientos de su crecimiento. 

 A cambio, como diría aquel, les sugerian  que"quisiera que ingresarais un porcentaje en nuestra cueva para que ese bien, os lo podamos expandir a lo largo y ancho del universo". Yo, al empresariado, no le puedo ofrecer esa belleza, esa contundencia, esa fuerza, pero 

   "¡¡¡Aprovechar este momento para alejaros de quienes os ahogan, cuando que la liberación de ellos, existe!!!".

 Está, por otro lado la Iglesia, esa que perdió su mensaje cristiano para ser tomada como una empresa que selecciona no a sus trabajadores, que también, sino a los seres humanos a los que trasmitir una enseñanza que cojea en su raiz, en razón a una libertad que sólo ejercen ellos, dueños. Les ha llegado un Papa, que aunque encorsetado en milenarios hierros, les ha abierto una puerta para que ejerzan el mensaje que tenía un origen, que olvidaron. De un ser que esclavizaron para manipular su mensaje

  La fealdad del ejecutante de la amenaza en su conjunto, crea un éxtasis que nos arroba, incluso sin el "ar"


viernes, junio 25, 2021

Sobreactuación

 Antes de bajarme de escenario repaso alguna de los instantes en los que no me encontré. Me da la sensación de ser demasiados.

 En una esquina, a la que me vuelvo como un fetiche, intuyo, casi tapados, algunos de mis libros y apuntes que fueron mi abecedario. 

 El ensayo general ha terminado y mis compañeras se van. Decido volverme sobre mis pasos y me siento, para empezar a quitar toda la broza que arrojé para tapar los orígenes. Me lleva un buen rato y una siesta de oír medio.

 Abro uno de los libros. Ahora que sé es mayor, te das cuenta que cada hoja, que antes obviaste, necesita ser escudriñada para retener cada instante que te abra puertas candadas. El segundo conjunto de apuntes me los traje de un mundo lejano al que no he revisitado a través de sus fichas tan elaboradas. Me voy haciendo una idea del estreno de cualquier día. Volver a lo esencial, a trasmitirles creatividad desde la modificación de lo básico.

 Miro al patio de butacas, exploro las placeas un los palcos. Me pregunto si todo esté mi futuro, que ya habrá pasado, ha sido este. ¿No habré sido un impostor sobreactuando, poniendo la atención en el foco que me interesaba que les deslumbrará?

¿No seré como esos políticos canallas, cogidos "in fraganti" que señalan el humo de un incendio inconmensurable, dicen sobre espantados en un amanecer entre nieblas cercanas a un rio?

jueves, junio 24, 2021

Carta a Javier, crudo

 Carta a Javier

Vaya no sé donde terminará esta carta. No creo que dentro de una botella, llevada por la corriente sobre el Tamesis. La estoy escribiendo en digital, por golpear las teclas con unos dedos que no encuentran las neuronas que los apacigüen

 Subido en el programa de anteayer, me engancho a las palabras de tu cansancio por una lucha sin cuartel por sacar adelante temas y encuentros  en los que la única valoración que encuentras, pueden ser las personas que se conectan a la página o quienes interactúan en Instagram o quienes nos bajamos los podcasts momentos antes de salir del instituto para volver a casa escuchando tus programas.

 Intuyo abandono por parte de gente de la que esperabas más.  Siempre te has jugado mucho, quizás antes por ti, ahora por un grupo coral que habéis sacado mucho de lo que tenéis dentro.

  Los pocasts del 15M me han transportado a una tarde de regreso de un campamento que se prolongó durante dos o tres años y donde conocí a gente que nunca han parado de estar. En Guadalajara, en Azuqueca sentía el vértigo de rehacer el mundo. Sabía, sé que es ilusorio, pero preferiré mil veces estar del lado de la PAH que del guardián de una caja, que incluso algún año posterior quería darme una lección delante de otra empleada por haberle dado aquel susto.  

  De aquellos tiempos, existe un futuro que nos espera. Quizás con desánimo vemos la capacidad que tiene un sistema, capitalista, no para defenderse sino para destrozar si hace falta la autoestima de uno de los suyos, empresario, si en algún momento es débil ante la posibilidad de otro tipo de sociedad.

  El despliegue tan vergonzoso, tan asilvestrado, tan de efecto nuclear por unos indultos constitucionales, tiene la lógica de unos pendencieros que han destruido la lógica de construcción de una sociedad.

   Amamantados en el  clasismo y en el odio y desprecio hacía sus postrados votantes, son capaces de crear un ambiente irrespirable con la colaboración de los medios de comunicación que necesitan ser amamantados por empresas beneficiarias de obras sobredimensionadas, por compañías que nunca pierden en sus fracasos cubiertos por todos, por eléctricas que colonizaron consejos de ministros para establecer baremos de coste de carroñeros.

   Extraño mundo, extraña tranquilidad, raros razonamientos de quienes hablan de lo magnificado manipulado y parece no querer una sociedad donde las inspecciones de trabajo tengan como consecuencia que nuestros compañeros-as trabajadoras tengan unas condiciones dignas.

 Nadie se asusta, y por supuesto, menos, esas televisiones permanentemente conectadas al tiempo libre de seres tomados en sofás que les atan, de oír que un tercio de las empresas inspeccionadas en uno de los seres productivos esenciales del país están cometiendo infracciones.

 Alguien se puede imaginar programas, “el jefe infiltrado en todas sus irregularidades da luz verde  al respeto a sus trabajadores”.

  Estos partidos, hiperventilados en una supuesta salvación de una dignidad mancillada nunca imaginan a esta, violada, sepultada por todo el dinero que se le escapa a un país, por el no pago de los impuestos que le cohesionan. Su patrioterismo se sustenta en la bronca de lo que tendría que ser un encuentro difícil, imposible por dos fórmulas circulares de cerrazón pero, exhibiendo el poder que te concede saberte poseedor de los resortes de un estado. Nunca hablaran de unos inspectores de Hacienda que consiguieran que tantísimas fugas fueran selladas con una forma nueva de atisbar tiempos para los ciudadanos.

 Como has comprendido Javier, mi cabeza vuela tanto, que ni me atreví a hablar para los podcasts que habéis preparado tan arraigados a algo que me revivió, ni aspiro a otra cosa que ser uno de vuestros suscriptores que me he sentido tan recompensado por todo lo que nos ofreces.

 El sábado me he hecho a la idea que estaré en el pueblo, aunque de tus palabras saco que nos necesitas en el teatro, para vernos, para materializarnos, para esperanzarte porque no seamos sólo un contribuyente, necesario y sí alguien que quiere cambiar los marcos que nos atrapan.

  Gracias a Elena, Paz, Celtía y tantas otras que luego te encargarás de recordarme y que nos me habéis conducido hasta casa, tras terminar extenuado del encuentro con las alumnas-os. Gracias porque el trayecto como decía Kavafis: ha merecido la pena, porque me habéis transportado a puertos, por itinerarios llenos de experiencias.

  Un abrazo

miércoles, junio 23, 2021

La lista

 Me he asomado a ella para ver si podía tener alguna oportunidad. Nada, me ha mirado y como si fuera transparente ha fijado su atención en la silla en la que me apoyaba.

  Siempre me había dado mucha rabia ser consciente de muchas de mis debilidades, pero ella me iba clasificando en su propia hoja, donde ocupaba uno de los últimos puestos; ni en la clasificación de las plantas más carnívoras aparecía mi voraz apetito para desgarrar las fibras musculares de aquellas moscas tan pesadas.

 Trataba de hacerlo todo con mucha gracia.  Había aprendido a manejar mi cara hasta llevarla a las posturas más raras, donde cejas y barbilla parecían buscarse en movimientos de cortejos, previos al apareo de pelo la nariz con una nuca que renegaba del sol. A eso unía los torrentes de palabras que era capaz de desembocar, por lo que había aprendido escuchando durante horas los videos de las intervenciones de Pepin Tre y Javier Cansado en los programas de "Ilustres Ignorantes". 

  Nada se movía, ni una brizna de aire, ni con ellas, algunas hojas contorsionista sin, al parecer la dictadura de aquella, elaborada, sucesión de neuronas arrojadas por un azar que parecía encerrado en un dado de casino ganador.

   Por la mañana me tomaba mi tiempo saber lo que quería hacer. Si, estaba nublado y el cuerpo me retenía atado a la carrera, su estiramiento y porque no, algun baile del día anterior, entonces miraba el último libro que me había atrapado, no siempre lo hago en las mejores condiciones, y trataba de atarme a Niadela y lo que soy enfrente a una vida rural que me era ajena, cuando pasaba en el pueblo los veranos. Miraba la Lista, siempre tenía claro el Orden de las cosas, la Bondad de lo seguro, la Verdad por ser de raices bíblicas. Ante esa sucesión de absolutos, me iba empequeñeciendo, perdía la referencia de los recuerdos agradables y casi me abandonaba para vagar sin horizonte que me diera una pequeña esperanza, ni tan siquiera una Macarena a la que besar en nuestro encuentro, if you see her, say hello. 

 Cerca del área, cuando perdía la luz para encontrar una portería a la que llegar, mi primer paso por un pasillo con un muro inexpugnable, empecé un sueño sin raíz. Toda la Certeza de la Lista era una invitación a dejarla el camino expedito. Seguí, con los tropezones en las piedras de los días que te dicen no; la Lista se ponía nerviosa; nunca se acostumbraría a que nadie escribiera fuera de los márgenes de sus hojas de excelencia que tenían a bien de mostrarnos, aunque como un imperativo

martes, junio 22, 2021

Encuentros por un encuentro

 Siempre tarde; no estar en un tiempo. El equipo de carnecruda ha pedido nuestra voz para que explicásemos que nos supuso el 15M. Directo y al tema

  Fue descubrir que eramos dueños de nuestros propios futuros porque alrededor había muchas personas que tenían un mismo pensamiento de rebelión contra la sumisión que mostraban tantos injusticias aceptadas.

  Diez años despues, vuelve el desánimo por ver la contundencia de lo establecido y la miseria moral de quienes pretenden seguir ahí: "no es nada personal, es dinero". 

    Asusta la capacidad de influir sobre las personas que "uff, chico a mi no me hables de esas cosas", sobre quienes se interesan y agarran sus fuentes, si de la que se amamantan  con la fuerza de la desesperación de caer en un vacío, sobre "ya, ya, todos son iguales", sin que nunca llegues a saber si es porque el ser humano, bípedo, ya sirve como balanza, excluyendo el cerebro por su capacidad de razonar. A estos, desde una perspectiva de tu estás ahí abajo y te tragas lo que yo te digo.

   Si miramos a economistas, jueces, policias agradecidos porque se creen con derecho a un mundo mejor que se lo dan, por su seguidismo, te empieza a entrar unos sudores fríos. Hacer titubear a un señor Garamendi al lanzar una afirmación que tiene su propia lógica; como al sr., Barcenas, temeroso, incluso encerrado en la cárcel de los martillos y cuchillos que pueden buscar en ellos la diana, es un grado que añoramos del famoso guionista de los tres "Padrinos" que nadie se atrevió a continuar, porque las realidades batian los cimientos de una sociedad.

  Aún asi,

     Encuentros reclamaron los 4 grupos que se organizaron en el encuentro del décimo aniversario 15M de Guadalajara, que saió por iniciativa entre otros de "la Trenza". 

    Peor fue el tiempo, ese que pasa inexorable y parece reclamarnos acción, cambios inmediatos. Desgasto mi ánimo, ese paso cruel de las pantallas que sólo se llenan de publicidades de empresas, de las que sólo se va a obtener, como valor añadido de su producto, el apoyo que den al corrupto que este dispuesto a todo, por darles beneficios.

    Encuentros porque aunque teníamos la interna sensación que estábamos naciendo para engendrar una sociedad nueva, sabías todo lo que te aprisionaba, y que te fue carcomiendo, casi en el peor sentido de la palabra.

   Paz, Elena, Patricia y tantas otras, llegando a Javier en aquel tiempo creí que estaba en una burbuja que al implosionar transformaría a todos. En Guadalajara, en Azuqueca, con más persistencia en el tiempo y en las formas, salió la capacidad de cambiar un gobierno austericida. David Llorente fue un diputado de Castilla la Mancha, que había salido de 15M. Fue, creo que lo será siempre, honesto, tenar por eso no se integro, para ser fagocitado en el grupo del sr. Page.

  La sensación de ser participe de algo diferente, no conseguiré quitacast rmela nunca. Ayer, que escuchaba el podcast, y que caían otras sensaciones sobre mi cerebro y cuerpo creía que todo se iba deshaciendo, poco a poco,

   Hoy, cuando toca atacar a Yolanda, como antes a Pablo, siento que soy de los suyos, aunque los matices de las diferencias, los expondrían en un estadio como el de Munich, con una iluminación que los mostrará en sus colores diferentes, pero sabiendo que dentro del estadio estaría con ellos

  

  

domingo, junio 20, 2021

Despertares; anclas Leilalimpicas

 Amanecer en montañas para la cumbre del silencio de una niña que exploraba las sendas que la habían hecho innacesible. Ruge el trazo de voz de unas palabras que Guerrero desnuda para exhibir la contundencia de sus significados.  

Anoche, cine de verano, otra vez, en la planta baja. El blues de Beale street. Al silencio de una niña, la opresion del pueblo nacido del desgarramiento de sus orígenes. Ahora, son los dominantes quienes les necesitan culpables de sus destrucciones. Les invitan al silencio de las cárceles. Sólo necesitan haber injertado, en la población blanca, el miedo de los que creen  haber recibido la corona de ser dioses por ser la raza elegida a la que, por lógica, todo le es permitido.

 Madruga la voz escondida para ser fecundada en la entrevista de Ramón Lobo y Javier del Pino. En  Perú, los perdedores también son acorrlados por los dueños. Vargas Llosa, su ahora, clama por la tutela de los que autoproclaman, elegidos. 

Se les hace invisible la corrupción y la perversión de esas élites hacia la naturaleza humana. Sus palabras escritas esputan a quien se han convertido.

Tish, del Castillo cubren con sus pequeños actos doloridos, pero vencedores en dignidad, los fondos de los adyectos desde donde empezamos a superar los desniveles que les habían reservardo para escalar acantilados desde donde les lanzarán piedras hirviendo en mentiras, proclamas policiales o militares corruptas, voces envenenadas por pollos de colmenas amamantados por artificios.

Necesita volver Leila a un tiempo. Necesito sus palabras de lluvia que penetra para el placer y su voz de arco tensado para atravesar las atmósferas podridas del miedo a la contundencia de lo dominante para encontrarme con quiénes nos somos, sabiendo de las marciales huestedes de los sumisos recompensados por los ahora que les encadenan.

Luz para los días que nos pueden dañar; muchos Willies se posan los altares de las ausencias de quienes se elevaron en el perfume de ser integro. 

Veleta, escucha y pregunta, aquí en la llamada querida España, entre las tumbas de los asesinados de los besos robados, en madrugadas dónde el odio se había engendrado en noches eternas de mentes bañadas en negro

En Perú, percibimos la descripción desde las luchas mineras de las derrotas antes quienes destrozan los entornos que son habitaciones donde se tejen vidas. Ganaron los que ven fuera de los paisajes del oro. Este metal nunca se da por vencido y amenaza con expandir su eterno olor de putrefacción para envenenar una sociedad.

Willy Veleta busca que los blues de Beale, Grao, Lima, tengan sus los Dylan que humanicen sus existencias.

sábado, junio 19, 2021

Demasiadotardismo y Montañez

 Besazos desde la fábrica. Acaba de tocar la sirena y no me he podido contener. Sólo de imaginármela tan cercana después de haber sido atado al palo mayor para que no me lanzará hacía ella, cuando pasamos cerca de aquella isla, me ha producido una excitación que ha sido incontenible.

  Creo que Joserra toca el cuerno pero con tal delicadeza que te vuelca de la carretilla en la que te has montado, como tomándote la vida sobre una rueda. También el monociclista anda en ese brete pero a mayor altura lo que no sabemos si nos sirve para soslayar algunos de los tropiezos a los que te lleva la primera.

 Vuelvo, ¡qué me voy!, como al principio, Tiene tan sólidos cimientos, tanto de datos controlados como de mundos visitados que te hace una invitación que no puedes rechazar. Mira que tienes la excusa del campo, tanto por hacer, un retraso que este año puede ser apoteósico, pero....

  Si, nuestro nuevo autor favorito, con una retranca, que diría aquel, de la cual nos hace participes, nos habla del activismo.

     Por cierto, por cierto, por cierto

    El 15M de este año, entre sus conclusiones sacó la necesidad de los encuentros.

       ENCUENTROS, ¿ENcuentros?, ¡ EEENNNNNcuENTROOSSSSS! que parece que no se van a producir.

   Bueno no nos habla, nos mete directamente en la Boca del Lobooooo , si ese que se transmutó en el mercado feroz y con su boca abierta, pugnaba por enseñarnos, sus, decía él, pequeñas campanillas, como poniendo énfasis en su vulnerabilidad; pero en realidad sus dientes se los había estado afilando con la piedra que utiliza el tatuador, ese que nos indica el camino como uno, necesario y el ortodoxo, dice entre dientes, ¡dientes, dientes, para que se jodan! que no es más que caminar para encerrarnos en los cercos que nos han puesto. Con sus perros, que creen que el alimento sólo lo pueden obtener de ellos.

  Montañez, Beatriz, Beatrice, te fuiste con esa sonrisa, risa que hace poco recordaba en algunos videos, y que era contagiosa y descubridora. No sabía por donde habías vagado. A mi, el Wyoming, como dice la canción, que no me lo quiten, que no me lo taladren; por ello, en otros lares para mí es Siberia; si aquella, con la que salí, en primera instancia para ser servidor del amor, más carnal, que nunca, como diría el comentarista deportivo.

  A Beatriz, en mi círculo infernal, de una noche de primavera, le agradezco su Niadela. En pleno cansancio, me ha dulcificado paisajes interiores y exteriores; me ha llevado a la lentitud, que era entusiasmo de vida, en la que me había dejado en la tumbona Joserra, y he admirado la prosa poética de Montañez, que se tejía sobre una araña que cogía los hilos de los pequeños detalles.

 Osado el autor de demasiadotardismo por nombrarme en su libro. Debiera ser consciente de que mis cimientos son arcillosos y mis sueños, humecidos por un agua que es batida por unas palas en aspavientos que buscan por encontrar su apoyo donde, ¿no les parece a usted? es hora de echar una cabezadita, aunque sea sobre un cojin agitado en mulas sedientas de alguna atención

viernes, junio 18, 2021

Idioma sin bilingüismo

 El árbol estaba allí. Alguien piensa que permanecerá para siempre pero muchas veces te gustaría que los Ramos y Robinson nos guiarán por encima de los presidentes dioses, con cámara sumisas para manar cegueras.

 Dos árboles se desgajan de un prado que soñaba poseer la prestancia de un ciervo, la agilidad de un corzo, el empuje de un jabalí. 

 Ahora tiene la amenaza de los chamanes que dicen atraer el agua para que en la vida nuestro porcentaje acuoso aumente a cubrirnos nuestras neuronas sumergidas.

 Empiezan a aparecer carteles, trípticos, cuñas radiofónicas, el agua se someterá a un espacio para convertir la vida en un juego que nos haga soñar con mares translucidos que a golpe de vista de dron nos exhiba nuestro cuerpo desnudo buceando las perlas líquidas del Caribe. 

  Hundido mi cuerpo, anclado en una piragua, abro los ojos para buscar la trucha que zigzaguea buscando acariciar mi cara que no la buscará para devorarla. Es tal la visión que me ofrece que me demoro en mi esquimotaje que sale en el último momento por esa caderita que describrió chachachas con la mano emocionado sobre un cuerpo cimbreante pleno para vivir el entusiasmo de la mutua posesión.

 Los dos árboles amerizan sobre la costa exclusiva en las que los planeadores de sucias húmedas pesadillas. Allí, entre risas de burlas y complicidades de especuladores toman daikiris y exhiben los cuerpos encadenados a billetes. En ese contexto, nuestros dos árboles les comentan

   ¿No pueden ustedes dejar de tocar los cataplines, con edenes, pocilgas?

 

jueves, junio 17, 2021

Un patinete para 8 carriles

 Su patinete se llama asi, "ni cien años". Lo conduce con una prestancia que le envidio. Nunca tendré capacidad para manejar esa especie de nave espacial, que es lo que me supone cuando lo veo.

  Por la avenida, de cuatro carriles por sentido, como dice la prescripción del señor alcalde, podrían transitar miles de vida que tienen en común sus luchas diarias: "no comprendo este aparato diabólico que me es necesaria para pedir cita para el médico", me tendré que ir a un barrio más lejano, no puedo dormir con este calor tan inhumano, ¡madre mía! ese cuerpo desde los tobillos a su pelo en lucha con el Sol, tiene una cabeza que domaria mi primitivismo.

 En todo esto, podría gastar, cientos y cientos de instantes con los que me conformo ante la vida, pero aquel snob que iba con su exclusivo nuevo medio de transporte. Adorable mirarle, guapo, conduciendo al ritmo de su gente "más guapa aún". 

 Va de un lado a otro; si por supuesto, de la carretera de los cuatro carrilles, de los ocho, sin contamos que su habilidad le hace saltarse "la mediana" con una plasticidad que a todos nos tiene entusiasmados. Sus cabriolas son la comidilla de los grupos que se sientan de nuevo en las terrazas, en algunos casos para lucir también sus colores únicos. 

  ¿Has visto que altura ha alcanzado?, ¡que dominio de ese patinete!, ¡tres mortales seguidos, tres!, nadie puede conseguir eso.

   El séquito de este "CAMPEÓN", es consciente de todos estos comentarios, los provoca y los magnífica para que entre la sociedad se extienda que ellos son los que controlan todo.

 Pasado un rato, el del entusiasmo; algunos, demasiado pocos, empiezan a percatarse que los actos de estos titiriteros de la visualización banal están molestando al normal desarrollo de una sociedad.

 Entorpecen el desarrollo del carril de los jóvenes a los que tratan de encerrar en bajos salarios y en subida de alquileres monstruosos. Penetran con una invasión desvengonzada de lo que debería ser una ley que se respetará no de palabras, sino con los hechos.

    Haber sido capaces de presionar a la policia para tapar una corrrupción sistemática,

   Las terrazas tintinean en celebraciones que parecen hipnotizar cerebros que escuchan el motor que les mueve a provocar su propio desastre.

   Gracioso es ver a nuestro patinador, poniéndose o nariz roja, o casco, o pechera o casaca, o toga como mimetizador de unos oficios a los que luego masacrará, si intuye algun peligro que les ponga en algun "candelabro" que les avergüence.

  No se crean que algun carril puede quedar al margen de su voracidad; uno por sentido, son recorridos en un recorrido digno de un monociclo, dando obtusos golpes al pedal para esquivar lo que hace unos segundos han magnificado como la estable impertubabilidad de una certeza eterna. De esa manera con un pie sublima lo que parece una piedra indesgastable e inmutable y con la otra, lleva puntas de dinamita para deshacer en añicos a aquellos que les muestra la falsedad de sus comportamientos.

  ¿Se para nuestro artista?, No que va, exhuberante en su patinete nos da una de sus magníficas cabriolas en los que nuestros: ¡oh!, ¡oh! ¡oooooooohhhhhhh! se multiplican por las increíbles formas de trajes que les hacen dioses. 

   ¡Jodío bocas! Nadie tiene derecho a aclarar que patinador y patrocinadores los obtuvieron con la venta incluso de esas calles, tomadas como de exclusividad suya.

  Apenas hay posibilidades para librarnos de su tutela. Patinador embestidor, sólo sernos conscientes de nosotros y no desfallecer nos revive

martes, junio 15, 2021

Reflejo

Un joven corre pasando un tunel; a veces teme que en la penumbra pueda tropezar con alguna piedra u otro obstáculo; no suele pasar. Al final atisba una luz y en el medio de su destello intuye los contornos de un alguien que también parece querer despegar.

 Al acercarse a la salida, sus pasos se muestran firmes. Quizás empiece una serie de 12 minutos sobre un recorrido plano, aunque con un calor que deshace. En el instante que va a pulsar sobre el botón del cronometro que le informa, hoy en día, incluso de si su amor, le corresponde; le da tiempo a echar un último vistazo sobre la imagen que se ha materializado desde sus trazos. Es un hombre mayor, sus pasos parecen fenecer entre los gemelos que tomaron el poder de sus cadenas sobre unas piernas que recorrieron cientos de kilómetros, al menos esos tiene marcados en diferentes partes..

 Le reconoce, le suele ver casi siempre corriendo. No intuye que haya podido realizar algo importante en ese apartado. 

 Cuando, por fin, el cronometro se descabalga para recorrer su sueño de libertad encerrado en una esfera, su preocupación es si llegará a aguantar los primeros de los cinco períodos de doce minutos que deberá realizar. La siguiente semana le tocará una serie más. Uff, el marathon está cerca, teme que no conseguirá una buena marca, su nivel de exigencia es muy grande. Le da un poco de vergüenza reconocerlo pero cuando se acerca a ritmos de 3'30 el kilómetro, en cada una de las cabalgadas que se pega, se siente un dios, habiéndose olvidado de cuando vío la muerte en la de un amigo, o en alguna imprudencia de la que parece no querer aprender. Esa noche, estará postrado en el sillón. ¿Cómo es posible que haya hecho lo que ha corrido durante esa hora larga?

 Nada le llevará en esos instantes a acordarse de quien parecia mecerse mirando a un cielo que comenzaba a cubrirse, sobre la hamaca de sus pasos amansados. Aquel señor destilaba conformidad con sus pasitos, en su mirada parecía reconocer el huracán que yo desencadenaría instantes después. 

 El viento que se levantaba parecía querer mezclar los colores sobre una pequeña cortina que no parece conseguir esconder un atardecer eléctrico. 

 Duda ese aire, ahora ya violento, orgulloso de haber ennegrecido todo un cielo azul, eso si plomizo y por lo tanto no deseado ni por conejos reproducidos, después de muchos años, como tales; ni por árboles que no entienden que tamaña pesadez pueda golpear con tal fuerza cuando se acerca el 21 de Junio. Sólo se le había aproximado el bloque granítico de luz que asaltaba en Julio, la cristalera de un último piso de Berlín.

  Por fín, el viento se encamina por la avenida, cogiendo la mano de quien mira a uno y otro lado como para fijar el milagro de la vida. 

  Su interlocutor le besara como para sorprenderle. Agradece a esa fuerza que no se haya entregado a las piernas sin freno, para entre los dos contarse los sarmientos que nacen de las savias de las primaveras que explotan

Vivienda, viviendo en lo público

 Señores maquinan para que las normas que no van a cumplir estén siempre volando en un limbo inconsistente mecido por los vientos que provocan los difusores de aspas de papel periódico. Conseguirán agobiar, incluso los ajenos, creerán llegado el momento de sucumbir. Bajarán los brazos cuando esas leyes estén siendo interpretadas por sus ejecutores.

  Mientras un hombre en el balcón de la casa donde vivió, ve una luz en la calle. Subido a un tobogán, en negro, no atisba a sentir el sueño de una brizna de esperanza. Como horizonte la sociedad le hemos puesto el cumplimiento de unas leyes, que asume, con fórceps las excepciones. 

   Dos calles más allá, vuelan por los aires los grilletes, dice que el corrupto, que quisieron mancillar su libertad para mofarse de una sociedad crédula. Un televisor con los cables de sus latrocinios le acerca la playa a su piscina interior cimentadas en B. 

  ¡Tantas bolas para ser manejadas por el malabaristas! Nada que temer ante el conductor que gasta dos horas de ida, con sus dos de vuelta para ir a trabajar o ante la madre que soñó que arrodillarse tantas veces, antes lo diferentes suelos darían alfombras sobre las que volar a sus hijos y descubrió que una de esos esféricos la podía devolver a la realidad con un contundente y hábil lanzamiento que entrará también en ese pequeño show

  Se caerá alguna, porque se necesite hacer una gracia, con una supuesta debilidad que haya elegido para pillarles en sus propias flaquezas a las que si que les anclarán para más humillación y eternidad. 

   Mientras se han hecho especialistas en montarse en cada una de esas bolas que con un efecto desconocido los sitúa o en islas paradisiacas donde la vida parece pararse para su disfrute, o en Spas donde se células se regeneren junto con la nieve sobre las que deslizan  sus prestaciones próximas al planeo desde un salto de trampolín que ingrávido nos hace dueños de los mundos sometidos. 

 Quitamos el foco, porque ese no es nuestro hombre. Él está en Barcelona; donde se ha luchado por dar una cierta protección al debilitado. No se ha llegado a tiempo. Su casero, era un particular. Necesitaba el piso, pero....

   ¿Por qué el derecho a la vivienda, en los mal llamados constitucionalistas no es una prioridad?

Ciudades de todo el mundo, son fuertes porque protegen al débil. Igual que un estado lo es, más fuerte, cuando consciente de todo su poderío es capaz de empatizar con el perdedor. 

   Confiar el crecer, en la construcción; dar las llaves de la enseñanza, a las doctrinas; poner las camas de los cuidados en las ruedas de los especuladores con porcentajes. 

    Romperles los cerdos, para que los ladrillos tenga el calor de los ladrillos térmicos de los cuidados.

  Decimos que no queremos ninguna muerte más de gente sin casa; queremos una sociedad que vea el dar refugio al otro, como un camino del que no se debe apartar el objetivo, incluso cuando los titiriteros de las bolas y palabras huecas traten de crear artificios que nos exploten en nuestros pasos a dar, nosotros, habremos creado

 Nuestros malabares para vivir como un derecho; equilibrista de la vida, sin atarse a cimientos de hormigón que paralicen su derecho a la felicidad

     

lunes, junio 14, 2021

La senda de un acantilado

 Cuando he salido a correr he perdido mi código moral y me he encontrado en mitad de un campo. Siempre se me hizo muy grande, pero ante esta circunstancia me he ido mimetizando con el poco verde que quedaba e incluso con algunos otros colores como los del Sol, si ese de arriba. Que Sol, mi vecina que me espera cuando bajo las escaleras con mis pantalones cortos, hoy la he conseguido despistar. No siempre es agradable que te digan: ¡Vaya piernas!. Yo, tiro para adelante; cuando voy a correr voy a correr. De tal manera que cuando añade "sobre todo la que no se ve". Yo, ya he bajado los escalones de 4 en 4. No crean que porque siempre la haya rehuido, sino porque no puedas perder tu trabajo, tu sueño y tu hambre, porque te quedas derrengado algunas tardes como si hubieras tratado de poner en funcionamiento una moto alzada. 

 De todas maneras, estas pocas disquisiciones sobre los soles que me alubran, no nos tienen que quitar del propósito principal. Describir el recorrido por el campo. Claro ya todo no era igual de fácil que cuando Carmen aún no me había hecho uno de sus bolsos de diseño, donde ahora, por ejemplo, podría meter el libro de "Demasiadotardismo". Ahora, con esas sus magníficas costuras, yo me había atrevido a recorrer el campo en algunas de las direcciones más insospechadas que jamás hubiera podido realizar si no hubiera tenido ese reloj que controlaba mis pulsaciones, aunque también me pareciera la de otros porque ante cualquier esfuerzo, por mínimo que fuera, se me disparaban las palpitaciones como algunas de las que en su momento había hecho la Sol, mujer.

  En ese campo cuando vagaba sin rumbo; alguien, me han dicho que era Pedri, con quien me iba tropezando cada poco tiempo. Él, de vez en cuando, me decía no, por allí no; toma este otro pasillo. Aún siendo tan joven y que, en algun momento, esa cara tan imberbe me producía unas ciertas dudas sin embargo su tranquilidad y ecuanimidad en los mensajes trasladados me hacían ofrecerme en algunos desmarques que él, ¡jodío niño! me los leía a la primera. De tal manera que he ido cogiendo la confianza suficiente para tirar por alguna senda que hacía tiempo que no recorría.

  Daba miedo, he de reconocerlo, según me iba alejando veía que ponía al "niño" en un compromiso como cuando tenías que ir por el acantilado de Bray a Greystones y ya había dicho a algunos compañeros de correrías, pero estando sentado para que no nos cayeramos de culo, que el ejercito que querían llamar nacional, no era tal, era el rebelde a una legalidad que había salido de una democracia y no de una sacristia, algun consejo de admistración o algun barranco que habían pérdido, y eso era su problema los privilegios de siglos.

  Como podía comprender, incluso saliendo en una tórrida tarde verano, se podía intuir que no siempre las nubes te van a respetar y que incluso, tienes que tener la suficiente fuerza para que subas ese pequeño repecho en el que siempre, al final del mismo, en lo más engorroso, encuentras a Willy Veleta para que te des cuenta de que esa moral violada, puedes recuperarla entre los pasos recuperados de aquellos que nos fueron, y por eso, ahora somos.

domingo, junio 13, 2021

Nada que ver

 Le envío un mensaje a mi perro. Oye siempre me pedías que te lanzará la pelota y yo, obediente lo hacía. No sé porque no has vuelto desde que te tuve dos días sin comer y te tire la pelota para que me trajeras el periódico. 

El silencio acude para remozar este tiempo donde Leila proclama toda la grandeza de los inmensos instantes que la hicieron ser ahora ella. La enfermedad es escuchar al chamán de la privatización médica hablar de lo absoluto.

Lo hizo entonces, hablar de su amor a la vida para por detrás,  ponía en venta el cuidado de cada una de los que respiraban.

El ser absoluto, fuerte con quienes descubrieron que eran débiles ante un aparato engrasado pero no pulcro. Y sumiso ante quienes le darán su futuro.

Entre los árboles, un corzo intenta ladrar. Me apena su artificio pero le imito para agradecerle su intento. No, no es él, el perro no volverá, fue fiel hasta el extremo, pero dejé de responderle de la misma manera. La motoretta de las neuronas fue más importante por el ruido que por contemplar el tiempo para que él, silencioso vistiera lo aprendido con el reposo de lo que se mostró por demasiado poco tiempo cuando las baterías que tocan no están con Ringo.

 Arrítmicos botan palos, pero sin aurresku; darían paso a su conjunción para entrelazarse por una botadura hacia una orilla para un encuentro. Yo, como esa chalanura, preferí prescindir de su presencia que debía ser eterno por como nos hablamos desde unis corazones calmantes, por un coche olvidado y un curso del que me prescindian. Ellos, por remozarles entre papeles que les sirven tanto de trono, como para quemarles




viernes, junio 11, 2021

Líneas. Decir lo bestia

 En el campo base, allí en aquellas alturas no se me ocurre para nada buscar la línea más recta hasta la cumbre. 

El día anterior sentado con ella dentro de la tienda, en medio de un ventarrón que amenazaba llevarse por delante nuestro morada durante aquellos 15 días, escuchábamos el sonido de aquel espacio, con el mismo arrobo que descubrimos un nuevo significado en el universo de Dylan por el que nos vamos aventurado a viajar. 

Aquellos días, no habían sido fáciles; adaptarse era una tarea titánica, misteriosa por la fuerza que la naturaleza desea siempre mostrar incluso a los que en un Noviembre de 1963, se hicieron dioses para crear una de las muertes más miserables. 

 Orden, claman y piden. Califican los grandes males para que desde sus altavoces se repiquen sus ritmos. Ta, tatarata, tatata ta. 

  Nadie se puede negar a tan incisivo y repicativo taratataratarararata.

  ¡bah, bah!; ni incluso a la pregunta de si corre peligro una coalición, merece un ¡¡¡¡ahhhhhhh!.

  Dicen que el viento eleva las realidades. A estas las recordamos, ¡hola eléctricas! soltad el lastre de los políticos a los que agradecéis vuestras ganancias actuales. Inversores, periódicos saciados de sus publicidades. Lo sentimos, ni las banderas, ni las Españas, Españas juveniles tienen ya un segundo, para pasar mis nuevas líneas.

  Paquito hizo........Franquismo S.A. ahí, si quieres encuentras obras y milagradores que trazaron cunetas para edificar sus riquezas.

  La señora dibuja cielos y demonios. ¡¡¡¡¡ohhhhhhhhhh! Su poder es convertir en vasallos a los micrófonos que acuden prestos a sus silbidos.

  Fiuuuuuuuuuuuuuuuu, Fiiiiiiuuuuuuuuuuu

  Los otros son malos y yo, miradme fuerte.

    Viento, viento siuuuuuuuusiiuuuuuuusssssssssiiuuu 

    Un Estado estable, con sólidos cimientos, con actos de gran control demuestra ser débil

  si teme a los que fueron juzgados

      Cruelllllllll, es quien hace gala de su poder

      Y la luz, luz, luz, luz, luz ilumina. Oh claridad, mi claridad

   te veo, 

        Veo, veo

             Crueles especuladores; eh, eh, si vosotros, con la luz, ni la vivienda se juega

     Los inversores deben respetar el derecho a una morada

        Morados en ira, señores que ponen cajas registradoras en las alfombrilla de la casas y llaman a timbres con dagas

     Y más los bestias, seres mínimos que matan

          La sonrisa de una niña; Niña, te cuento que algunos ogros engulleron de las tapas.

       Olivia, la dulzura de una eternidad naciente para un tiempo arrebatado.  Lucha por tejer una sociedad que les cubra sus debilidades


jueves, junio 10, 2021

Todo pobre necesita un perro. Artículo demasiadotardista, o no

 "John Adams [el segundo presidente de Estados Unidos] decía: todo el mundo necesita a alguien al que mirar por encima; hasta el pobre necesita al perro.

A la derecha, ella, de ojos caoba, cuerpo para mutuos descubrimientos. Pasa el tiempo y alguien se acerca; de forma equivocada se dirige a mí, no se ha dado cuenta que estoy en una percha, imposibilitado para darle mi atención.

 Pero pide escucha, y ante el cuadro en el que estoy absorto, soy capaz de salir para escuchar algo que parecía del más allá: las conversaciones que siempre tiene la intelectualidad para intentar comprender porque siempre pierden, cuando los hechos parecen darles la razón, nacida de su soberbía segregadora.

  Hace un tiempo les leí, orgullosos, acusadores que con los "White Trash" de Nacy Isemberg, no se puede hacer nada. Como en "Chavs" de Owen Jones, descubrimos seres humanos que se anclan en lo primario, en lo inmediato que le mantienen como vida. Si desde la izquierda se tiene miedo a tomar decisiones, a explicar los pasos dados, porque ellos no lo entenderían; de forma rápida ese espacio es tomado por la sinvergonzería de ponerles, a esos timoratos extremistas de izquierda (incluso en eso se dejan insultar por condenados judiciales) en el espejo de sus incongruencias. 

Y te lo podrán decir ellos, aunque hayan sido parte de las serviles huestes de quienes se asoman a los balcones diarios para soltar el chorro de sus micciones, que por torticeras mentes serán ensalzadas por las palabras banderas ancladas en basura; entre otras cosas, porque fueron ellos quienes concedieron a las eléctricas, incluso el poder ser controladas por un pais extranjero.

  En este recorrido demasiotardista, explorador de la incertidumbre con la que puedo pensar, clavo en la pizarra de mis posibles encuentros, las palabras de Cristina Martín Gómez, para que aquellos primeros aseveradores de la insignificancia de los postrados ante "el día a día":

  CTXT, Cristina Martín Gómez y los desnudos

 Y los que contestamos  a as preguntas que tienen dueño; sin ser nosotros exploradores de las que salen de esas habitaciones de las necesidades que olvidarían ritos, salmos, himnos con los que no tropiezan en su vida diaria, si a cambio se les diera la esperanza de ver en los ojos inmediatos que se cruzan, un atisbo de otro mundo posible, porque nos implicarán en tasar los dineros que de verdad se escapan por las negligencias de los dueños de la Comunicación.

   Entre las soluciones, necesitamos palabras como las de Rafa Mayoral, por la contundencia en calificar a quienes utilizan sus medias verdades para satanizar la subida del salario mínimo.

    Porque esas afirmaciones están cimentadas en los análisis de Nacho Álvarez que descubre a esos trileros que nos enseñan sus garbanzos, agarrados por pliegues que esconden las otras partes que darían justeza a lo expelido sin escrúpulos, sin sentido de la dignidad por aposentados para proclamar verdades eternas de velo rasgado por el cuchillo de la impudicia.

 En una reflexión de Santiago Alba Rico, este autor afirma que En Sangre sabia escribe Flannery O’Connor: “El lugar del que venís ya no está; el lugar al cual creíais que ibais no existió jamás, y el lugar donde estáis no sirve de nada, a menos que podáis alejaros de él”.  

 Triste fin, si tras el 15M de diez años después, año 2021, no se buscan los necesarios "encuentros" que todos los grupos que convergieron ese día en la Plaza Mayor de Guadalajara creyeron fundamentales para que como decía Guillermo Fesser ayer en el "Intermedio", se evite que esos partidos republicanos, populares vayan eliminando a esos seres, nunca agraciados, cada vez más estabulados en sus importencias. En Estados Unidos les pueden eliminar de los censos y clasificarles por zonas con menos repercusiones en las votaciones. Tienen miedo porque en un momento determinado se vayan a dar cuenta de sus tretas y su selectivismo.

  Nuestra tarea no son las respuestas ante los indultos, que sólo un Estado débil puede temer. ¿Es eso lo que piensan quienes ante la aplicación de la ley, sin folclorismos uniformados vieron las inmediatas consecuencias? Son las necesarias acciones a tomar contra la precarización de los seres humanos, contra su sometimiento antes las grandes corporaciones. Visualizar esas luchas, es empoderar al ciudadano. 

No es una lucha de uno, al que su no creencia cristiana, aunque se ufanen de ella, permiten masacrar con las peores armas de sus bazoficas acciones de ataque, empezando con difamaciones; es una lucha de todos, para que ante su exhibición de canibalismo, que no olvidemos es la de quienes por obtener beneficios, de forma, con pretensión inocente, se involucran en fondos de inversión que atacan la convivencia humana.  

‘Shock’ inmobiliario

Cerberus hace la vida imposible a sus inquilinos en el sur de Madrid

Los fondos oportunistas son propietarios de al menos 400.000 viviendas y préstamos hipotecarios en España. Luz y Darío sufren cada día su agresiva gestión. Lo que para unos es su vivienda, para otros es un bien de especulación

Manuel Gabarre de Sus 

Unas palabras del libro de Isernberg, ya encargado, nos pone sobre aviso de a quienes tenemos que cuidar por que estamos en el agua en el que nos miramos

   "La aristocracia del Sur acusaba al Norte de ser muy radical y temían que hubiera allí una revolución de clases porque permitían votar a los blancos pobres". Y así es como se llegó a la situación, en el Sur, en que "las élites manipularon a los pobres blancos usando el miedo al negro y el esclavo libre hasta que los pobres acabaron viéndolos como sus enemigos". Es una jugada de las élites dominantes para dinamitar la lucha de clases y convertirla en la guerra del último contra el penúltimo en un escenario además, como la guerra, en que las divisiones de clases se hacen más patentes que nunca, dice Isenberg, puesto que no todas las clases sufren igual sus consecuencias. En el campo de batalla, de nuevo, el material con que se hace la guerra es la carne de la escoria blanca."

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y