Para encontrar el camino en medio de un chubasco, podríamos elegir un tema para un tiempo de radio. El médico indicó otra cosa; pero él no puede ser un meteorólogo para unos días sin luces. Cuando empieza a auscultar con un fonendoscopio puede tener una ligera idea de la situación de la Luna en este momento de la historia, pero eso no quiere decir que no haya oído aquellas canciones a las que no escuchaba porque en medio de aquellas tardes prefería profundizar en la descomposición del peritoneo para su aplicación en los abrigos con los que iba a enfrentar la vida que cerrar un libro y abrir cada uno de los sonidos que podrían trenzar conexiones con los paisajes que se nos va ofreciendo en nuestro paso por la vida.
Nadie olvida que Hipócrates pudo conocer algunos de los primeros humores que podrían estar enquistados en las profundidades de los actos humanos. Sin embargo, Terpandro diseccionó los sonidos que se habían fijado sobre las columnas de aquel Partenón que tenían unas medidas antropomorfas que se había ofrecido como una incipiente guitarra de la que sacar vibraciones con las que subyugar a quienes ofrecían sus células a amores libres que se escapaban a los drones que cuidaban el sometimiento a la cadenas de sonidos empaquetadas por efebos amaestrados para que entrarán en los moldes del convencionalismo.
Tras inspirar, soñé sólo un plas y de él partieron viajes hacia el
monte ataviado por el casco de Juno, temprado por madrugadas de hierro y
hojalatas que tejieron máscaras para lanzar los barcos a los finisterres que se
desenterraban de los miedos con las nuevas tierras de donde Joab obtenía la
sangre de sus pentagramas con los que se ensimismaba en la necesidad de respeto a si mismo y su condición social de la que tenía plena consciencia
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