sábado, junio 19, 2021

Demasiadotardismo y Montañez

 Besazos desde la fábrica. Acaba de tocar la sirena y no me he podido contener. Sólo de imaginármela tan cercana después de haber sido atado al palo mayor para que no me lanzará hacía ella, cuando pasamos cerca de aquella isla, me ha producido una excitación que ha sido incontenible.

  Creo que Joserra toca el cuerno pero con tal delicadeza que te vuelca de la carretilla en la que te has montado, como tomándote la vida sobre una rueda. También el monociclista anda en ese brete pero a mayor altura lo que no sabemos si nos sirve para soslayar algunos de los tropiezos a los que te lleva la primera.

 Vuelvo, ¡qué me voy!, como al principio, Tiene tan sólidos cimientos, tanto de datos controlados como de mundos visitados que te hace una invitación que no puedes rechazar. Mira que tienes la excusa del campo, tanto por hacer, un retraso que este año puede ser apoteósico, pero....

  Si, nuestro nuevo autor favorito, con una retranca, que diría aquel, de la cual nos hace participes, nos habla del activismo.

     Por cierto, por cierto, por cierto

    El 15M de este año, entre sus conclusiones sacó la necesidad de los encuentros.

       ENCUENTROS, ¿ENcuentros?, ¡ EEENNNNNcuENTROOSSSSS! que parece que no se van a producir.

   Bueno no nos habla, nos mete directamente en la Boca del Lobooooo , si ese que se transmutó en el mercado feroz y con su boca abierta, pugnaba por enseñarnos, sus, decía él, pequeñas campanillas, como poniendo énfasis en su vulnerabilidad; pero en realidad sus dientes se los había estado afilando con la piedra que utiliza el tatuador, ese que nos indica el camino como uno, necesario y el ortodoxo, dice entre dientes, ¡dientes, dientes, para que se jodan! que no es más que caminar para encerrarnos en los cercos que nos han puesto. Con sus perros, que creen que el alimento sólo lo pueden obtener de ellos.

  Montañez, Beatriz, Beatrice, te fuiste con esa sonrisa, risa que hace poco recordaba en algunos videos, y que era contagiosa y descubridora. No sabía por donde habías vagado. A mi, el Wyoming, como dice la canción, que no me lo quiten, que no me lo taladren; por ello, en otros lares para mí es Siberia; si aquella, con la que salí, en primera instancia para ser servidor del amor, más carnal, que nunca, como diría el comentarista deportivo.

  A Beatriz, en mi círculo infernal, de una noche de primavera, le agradezco su Niadela. En pleno cansancio, me ha dulcificado paisajes interiores y exteriores; me ha llevado a la lentitud, que era entusiasmo de vida, en la que me había dejado en la tumbona Joserra, y he admirado la prosa poética de Montañez, que se tejía sobre una araña que cogía los hilos de los pequeños detalles.

 Osado el autor de demasiadotardismo por nombrarme en su libro. Debiera ser consciente de que mis cimientos son arcillosos y mis sueños, humecidos por un agua que es batida por unas palas en aspavientos que buscan por encontrar su apoyo donde, ¿no les parece a usted? es hora de echar una cabezadita, aunque sea sobre un cojin agitado en mulas sedientas de alguna atención

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