sábado, junio 26, 2021

En el parque, me extasio

 Me encuentro con ella en el parque; es un bello momento, nunca pensé que tendría esa oportunidad y sin embargo, la amenaza aparece en todo su esplendor. Me quedo observándola, tiene unas formas perfectas, casi con medidas griegas, sus palabras tienen la contundencia del martillo del Thor. 

 Cuando empieza a andar, es lanzada de una manera "padrinesca" como en un susurro pero cuando va avanzando por el espacio, va cogiendo la contundencia de una ola gigantesca; como para centrifugar cualquier duda forma un tubo sobre el que te centrifugara si no tienes la habilidad suficientes para surfearla.

 Tarea nada fácil, si el agua forma círculos perfectos, aquí las amenazas, crean rugosidades por los cuchillos que asoman como avisando que no hay otros horizontes que someterse.

 Como no enamorarse de ese momento, en el que "el posturas" expulsa sus palabras como creando un halo con pretensión de ser un elegido, por los mensajes que trata de carraspear, pero, por desgracia, es abrumado por  la presencia de los actos que ha ido ejecutando a lo largo de sus vida y que han dado la medida de sus ropajes, de exterior excelso, de interior de podredumbre, miseria y traición a lo que dice defender, aunque sólo cuando hace un cuarto de siglo, consiguió el sortilegio de juntar intereses miserables de control social.

 Vuelvo, que me voy; decía que me quedo extasiado cuando escucho, más o menos, perdonen que no haya adquirido la capacidad de la exactitud del corte de sus afilados cuchillos; que sepan, la Iglesia y los empresarios que hemos tomado nota (de su apoyo a unos indultos).

  ¿No es para quererlo?; ¿No es para buscar que en la vida tuvieran momentos donde fueran tan transparentes?

  Una vez, dos veces, tres veces y un empresariado que se echó en las manos de un partido que les prometía que mirarían para otro lado, a la hora del pago de sus obligaciones tributarias, de su respeto hacía los trabajadores que eran los cimientos de su crecimiento. 

 A cambio, como diría aquel, les sugerian  que"quisiera que ingresarais un porcentaje en nuestra cueva para que ese bien, os lo podamos expandir a lo largo y ancho del universo". Yo, al empresariado, no le puedo ofrecer esa belleza, esa contundencia, esa fuerza, pero 

   "¡¡¡Aprovechar este momento para alejaros de quienes os ahogan, cuando que la liberación de ellos, existe!!!".

 Está, por otro lado la Iglesia, esa que perdió su mensaje cristiano para ser tomada como una empresa que selecciona no a sus trabajadores, que también, sino a los seres humanos a los que trasmitir una enseñanza que cojea en su raiz, en razón a una libertad que sólo ejercen ellos, dueños. Les ha llegado un Papa, que aunque encorsetado en milenarios hierros, les ha abierto una puerta para que ejerzan el mensaje que tenía un origen, que olvidaron. De un ser que esclavizaron para manipular su mensaje

  La fealdad del ejecutante de la amenaza en su conjunto, crea un éxtasis que nos arroba, incluso sin el "ar"


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