martes, junio 09, 2020

Si pudiera

para comprender trazar un hilo para seguirle hasta su origen, allí desharía mi lecho para que la conformidad no se asiente sobre el desprecio al otro, porque pudiera estar ahí, el minusvalorar mi capacidad para pensar.

Si pudiera responderme:
¿Cómo me he envilecido tanto que me resulta gracioso que falten al respeto a un oponente, incluso por parte de un parásito que desde hace décadas coloniza mi voto sin ninguna vergüenza ni pudor por lo poco aportado en su tarea parlamentari?

Si pudiera descifrar
   Si son las hienas los animales que se mimetizan sobre mi indiferencia, para ir desgarrando a quien tengo cerca, pero no es a mí, hasta quedarme yo sólo
       Me daría cuenta que ayudo a soltar instintos asesinos de los que el agua no me limpia, mi falta de respeto al diferentes

Si pudiera amar a un dios

   ¿No le estaría esclavizando con mis zafiedades y mentiras, hasta el límite de convertirle en la indecencia de predecir el pasado y no tener la vergüenza, en mi gran certeza, de prevenir el futuro que mi falsa piedad parece insinuar, con mi alegato, tardío en 4 meses?
       No es querer la verdad, cuando mi odio es el guía. Lo primero étereo, lo segundo, derramas de un fanatismo encerrado en el liquido amiótico de las mentiras y las medias verdades que conozco en su otra media mitad.

Si a ese dios, lo pinto justo
   ¿lo asaetaré otra vez, porque en los negocios eclesiales no he prevenido la vida que tenía a mi cargo y sin embargo, creo alabarle, cuando suelto el odio; cuando en otras tareas parezco ser un gran amante de la defensa del ser, que, sin embargo, en mi responsabilidad no he protegido, y en la de los demás me meto, como consecuencia de intentar dominar por un lado y aparentar una pulcredad que no pido cuando gobiernan quienes me dan negocios?

Oscuridades que amancebo para mi vida real; cuando proclamo la luz, a la que lleno de sombras por mis olvidos selectivos

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Siameses y mercader

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Zaida, Fernando y