Primo Levi, en "vivir para contar"
"El libro (diario de Höss, ex comandante de Aushwitz), cuya edición italiana se halla en preparación, es un documento sobrecogedor: el autor no es un sádico sanguinario ni un fanático lleno de odio, sino un hombre vacío, un idiota tranquilo y diligente que se esfuerza en desarrollar con el máximo cuidadno las iniciativas bestiales que se le encargan, y en esa obediencia parece encontrar la satisfacción plena a todas sus dudas e inquietudes". Si pasó, Lea en sus derrotas, les pone en ese dilema a quienes quieren justificarse en sus actos en desequilibrio de balanza
Documental sobre Lea Tsemel, abogada siempre perdedora ante el estado de Israel, abogada israelí, amada por el pueblo palestino al que ha respetado en sus formas y en el fondo.
Presentar al Estado de Israel, ante sus propios fantasmas, de utilización del miedo para encerrarle en leyes que parece liberar a sus ciudadanos, encerrando a otros seres humanos, es la labor que de forma incansable ha realizado a lo largo del tiempo Lea.
¿Qué es la justicia en un pueblo entregado a la legislación, por sus miedos, sus terrores, y aprovechándose de estos, sus injusticias y sus venganzas?
¿Cumple con la justicia universal un juez que se agarra a la ley de su país, para encadenar las acciones del diferente, al palo del castigo y las acciones de los suyos a la ambivalencia del posible perdón?
Historia de grandes mujeres. ¿Es perder con insistencia, una derrota en una gran guerra?, o quizás, ser vencidos en mil batallas es mostrar al vencedor las incongruencias de sus victoriosas cruzadas, teñidas de pánicos, embelesos ante una realidad que siempre tiene sus perversos ganadores, que abriendo paso a la corrupción se engendra en las raíces de una sociedad empobrecida en derechos humanos.
Aconseja Luciano Legido a una política que tiene una manguera para arrojar vocabulario de alta presión que piense en ser humano. Qué piense en su enemigo como un ser humano, no por él, si no para que su odio no la pudrá su interior. ¡Cuánto se debería aplicar aquí, entre los portadores de bandera agresivas, cuánto allí, un pais con seres que han sido increíbles!
Lea Tsemel, con unos ojos taladradores. Arropó su belleza externa, con una aún mayor interna que subyuga a quienes les rodean. Les lanza, porque ella tiene prisa en conocer todo para entregarse de forma total a ver los ojos de sus defendidos.
Existe un poder, que se llena de más dinero, incluso en las desgracias, que arroja las fauces de sus amamantados, descerebrado a proclamar el asalto a la democracia, con la mentira. Sueltas sus correas se le acercan para insultarla quienes creen que Israel tiene que ser libre un estado opresor. Esbirros dispuestos a caminar marciales para ser engranaje de una maquinaria engrasada por sangres, dinero negro y joyas para las damas, hombres y mujeres siempre serviles, siempre ganadoras. Silenciosos ante quienes con capa patriota les atontan.
¡Qué cruel es enterarte que en la pandemia, una presidenta da a ganar a las empresas de forma indecente! ¿Aquí, sólo?, ¡No los dioses, se amamantan ante los fanáticos que siguen voces, miran flamear y cantar glorias! Músculos, sin neuronas, incluso en el cerebro.
Servidores dispuestos a retorcer una justicia, que en la Universidad no se les enseñó desde su ideología, pero que la moldearon para hacerla servil, como ellos.
Les nacieron ante una justicia para ser siervos de unas creencias que ellos modelaron a sus ansias de poder. Un abogado que acude a la reunión de una secta religiosa, con pasado insano, es rodeado por un apaleador eclesial que se salta el mensaje que le dan desde otras instancias.
Si creyeran en un dios, este sería su esclavo para sus ansias. Aquí, allí, siempre habrá muchas, muchísimas Lea Tsémel; algunos siempre tienen la excusa para ser equidistante.
No, un
fascista odia y trabaja para someter al diferente. Jamás un antifascista que le
pone ante su espejo, será un ser violento. En su raíz al no odiar al
diferente està buscando la forma de interactuar
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