Señor que me iluminas para decir que “la paguita” puede que haga vagos, para buscar trabajo. Dame fuerzas, para que seamos nosotros, tus ministros, los que demos ejemplo.
Dame piedad, para renunciar a mi corazón cegado en oro, que recoge el dinero de mis colegios privados, para quitárselo a la sociedad que desde la igualdad, será libre.
¿Tú también te preguntas como podemos utilizar tu nombre en vano?
Son los mares de la codicia quien nos hace ofrecer confortabilidad a nuestros páganos para a cambio, quitarles algunos inconvenientes que nosotros, en nuestra inmensa, inmensa…..¡no sé cómo la llamaríamos!, en los malos si les pongo nombre, miseria; conseguimos solucionar.
No convivencia con gente inmigrante: ¡joder que son su servicio!, a cada cual según sus monedas, ¡ay de oro! ¡ay de mercader!
Apartar de estudiantes desmotivadas, nuestros carteles de excelencia, cuesta lo suyo.
Danos alguna otra Verdad que sea eterna, Señor, porque la que nosotros vendemos
Libertad de elección de centro, tiene, en contraste, las patas tan cortas como inmenso es el desnivel social en el que queremos mecernos.
Ayuditas, no gracias; queremos inmensas financiaciones públicas para marcar clases, para dar otras oportunidades diferentes a quienes, por otro lado, nos llenarán......, nos llenarán....., nos llenarán....., de la felicidad terrenal.
Tuyos ¡espéranos!, sin prisa.
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