domingo, junio 21, 2020

Circulo, circos y escucha

Me imagino saliendo un WhatsApp como un bocadillo de comic, pero en este caso, se le pone todos los condicionantes para que sean aceptados por las mentes bienpensantes. ¿Quiénes son esas mentes?

Yo ya no lo sé, lo único que hago es acercarme a su imagen de trabajo honrado y su entrega a filibusteros que lo han denigrado y lo han rebajado en su calidad.

Es curioso eso de la información por trozos de los que hacen un todo. Se podría decir que el osado que intentar subir el Everest en época invernal y antes, para calentar, sube el K2, es un flipado comparado con el que crea los cimientos de su pensamiento, a partir de la información que Alberto Garzón, menosprecio al turismo, porque le han recordado que es el 15% de la riqueza de un país, que se supone que ama, me refiero al ofendido que no se deja matizar que la afirmación del político iba dirigida a poner en claro que es un tipo de trabajo temporal y precario, el que genera está economía tan esencial ahora mismo en España. Venía a decir el maquiavélico político que tampoco genera valor añadido, sino que simplemente da un servicio, sin optimizar las posibilidades que se le ofrece a un visitantes que podría enraizarse más con nuestras costumbres. Eso también daría dinero.

Pero claro, el escalador del Anapurna, nada menos que en invierno. Se ha pertrechado de una equipación acorde con sus necesidades en la protección de todas las partes de su cuerpo; también en el material con el que se anclara, escalara y picara un hielo, en invierno, petrificado y por supuesto, un tipo de alimentación ágil y posibles, todo ello, no lo podrá olvidar que lo debe meter en un cuerpo que sostiene también una mente que debe ser consciente de lo que busca y de lo que le espera.

En el círculo, con orifico a un pozo platónico, uno se encuentra asomado después de una preparación, también exhaustiva e infinita. Has debido aceptar que todo lo que te dice en esos bocadillos de palabra se encierra una gran verdad, para ello, te has acostumbrado a escuchar a seres épicos, de lenguaje vibórico y hiperbólico. Tu te crees, que tu honradez dibuja tiene un hálito sobre el que flota tu santidad y que quienes, trabajando, pero dudando de los pasos dados para una optimización, no son dignos porque en su cuestionamiento lo asimilas con la raíz del diablo, de la vaguería y de la inacción. Eso, tu jamás lo harías porque estás dispuesto.

La preparación para repetir un mensaje unívoco, con enemigos declarados, con  harpías que maquinan secuestrar la hombría y lo eternizado, te la da sentirte parte de un altar en el que pones la estabilidad, el amor a la patria, la eficacia, se te refuerza porque con esto te sientes ungido por los valores eternos, que te dicen manejas como muleta que con la maestría con la que te han enseñado a manejarla, eres capaz de ahuyentar, por un lado, el torero los cuernos de una astado, encerrado en una plaza vibrante y anhelante de sangre, de un toro que no sabes donde está y un maestro que sabiendo, le encierra en espacios cada vez más picantes, cada vez más tramposos y por otro lado, tú con tu capa inmaculada y santificada apartas a los diabólicos nigromantes que quieren destruir tus seguridades vestidas de tradicionales y eternas.

En el otro lado, están los círculos, en esos te ves con tu interlocutor, le escuchas, discrepas, rebates, y aprendes. Pero para eso también necesitas una preparación.

En el círculo, puedes encontrar la entrada a un pozo, o en el que metas al que discrepa contigo o en el que, quizás pudieras estar tu metido, pero claro, quien te lo va a decir, si las paredes las has encalado con el blanquearte que te han servido en los bocadillos de certezas.

En los círculos, puedes tener certezas que sean aceptadas por los demás, o fallas que percibidas por otros te puedan ayudar a subsanar partes que no completaste. Con quien te enfrentas, te mira de frente y expone su asentimiento o sus matices.

   De todas maneras, ha habido círculos, en el que de la palabra se apoderaron los señores del círculo, osado, tramposos e intrigantes; en Castilla la Mancha, esos destruyeron un tiempo de esperanza. Se fueron

En los círculos crezco, en el círculo, lo mismo es que he entrado en un pozo de certezas sépticas

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