sábado, junio 14, 2025

Silvio

  Habemus un cielo erigido en ondas que se deja calma por un travieso algodón.

  Por los suelos se arrastran los restos de una ilusión. El aire agita el cansancio y la mente vuelve a las cepas por donde se han erigido encuentros.

  Los de ahora, necesitan la complicidad en la escucha y en aportar lo que se tiene. A los que estuvieran el masaje de encuentros para trazar surcos de respeto y besos que te acuden por los aires de cien cenizas en las que renaces.

 Silvio compañero que espera en la orilla la ola en la que viaja. Dejó pasar las olas de las codicia; aportó a lo imperfecto las estrellas que trenza para coger la cesta donde se posen y mixten las notas.

  Nos encerramos en nuestros cantos, soñandonos autillos, pero nos golpean cuando les proclamamos reyes y dueños de nuestros destinos.

   Dio miedo el salto al vacío, como ahora no creemos poder volar. 

   Tantas y tan variadas insidias y canalladas de las que no se arrepienten. Es más, consolidan la negrura de sus sucesiones.

     Tienen tantas herramientas de un Estado que corrompieron a su medida que sólo nos vale mirarnos a la cara y bordarnos en las canciones de Silvio.

  

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