Exquisita definición podría ser como denominan el gol marcado por Julian a Chile, nada que ver con el poco más brusco y desde luego injusto doble toque, que se debiera haber repetido, con todos artilugios que aún así dan pie a la manipulación.
Encontrar a Lester Young con su saxo tenor tiene su miga, si lo encuentras a través de la imitación con uno empleado para mil y un evento tiene el embrujo de haberse travestido en los más diversos lugares, con las circunstancias más variopintas. Ahora sólo falta la calma para entrar en una comunión, que no es fácil en estas marejadas, entre ese tenor viajero y esa mente que corporiza sus debilidades
A Eduardo, tan hombre del sistema, tan agradecido a quien le puso, tan aparato que le dio variopintas oportunidades, de las que se muestra agradecido, habría que recordarle, no mostrarle porque las conoce muy bien, aunque su oportunismo le haga ser selectivo, aquellos años en los que sus mayores actuaron fuera de la ley, por mucho que el dolor se hiciera insoportable. En paralelo a sus declaraciones de hoy, aparecen la de la golfista Esperanza, ilusionada joven, que ahora en su senectud, bueno, y siempre, cree que la Dictadura fue mejor que la Segunda República, asaetada por sus antepasados; ultrajada por tantos intereses de los que siempre habían vivido en sus privilegios y traicionado por quienes la juraron fidelidad.
Cuando el señor Madina se olvida de las negligencias y fatales decisiones que tomaron los socialistas, tanto creando un terrorismo de Estado, como entrando en un proceso liberalizador de las empresas pública que no ha sucedido en los países de nuestra alrededor, está poniendo sobre la mesa la justificaciones de esa ministra, luego presidenta de una comunidad, que creyó y supo que todos se recrearían con la imagen de las ranas croando en una charca pútrida pero graciosa, pero que fue consciente como el tétrico Aznar que sus gobiernos se amparaban en la corrupción de quienes salen beneficiados con las prebendas que reparten desde un poder que han obtenido por el embelesamiento que produce su desvergüenza, teñida de glamour, en las capas que aceptan con resignación su paso por este mundo, aprovechando las gracias que le da la cotidianidad y los suyos.
Creeríamos que es consciente ese hombre aupado en un desgracia que el riesgo de echarse en manos de quienes quieren el poder a toda costa, crea monstruos que pueden deleitar una tarde de verano, a lo lejos, como el esperado enfrentamiento de dos ególatras mundiales, pero que desgarra vidas como él debiera ser consciente pasó en esas dictaduras que se imponen por las armas o por las tomas de control de los lugares de mando de la policía, judicatura y mientras se necesite el vestido de la democracia, un poder mediático envilecido, por parte de mercenarios que siempre amarán sus privilegios, por encima de la dignidad de la vida del ser humano.
Existen los periódicos que siempre estuvieron ahí, y nunca esperaras nada de ellos, como los que felicitaron el cumpleaños de un genocida. Existen los aún más terribles, esos maquíavelos, que te rodean con supuestos abrazos de oso que son para ahora la verdad.
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