Nadie quería vivir esos momentos; Lucía había salido de su casa y Merce, la quiosquera la había gritado para recordarle que trajera dos barras de doble cocción, esta no se atrevía a comer otra, desde que las había descubierto en una panadería a un kilómetro de su puesto de avistamiento, mando
Matusalén no pensaba que le hubiera hecho tanto daño conocer la realidad de lo que le habían presentado como una realidad incontestable.
No le resultaba raro que en el parlamento se dijera las frases que él mismo había utilizado durante toda su vida. Es más le parecía una cercanía que los políticos utilizarán sus mismas palabras.
La tétrica frase, desnudada con un cuchillo que le había herido en lo más profundo de su autoestima, era:
"Es que lo han dicho en la prensa", si podía ser en la televisión mejor; si no en la radio y hoy en día con los mediáticos digitales, también se tiraba de lo escrito.
Estaba en su barrio y allí habían sucedido, delante de él, los sucesos que estaban poniendo en la recepción al Presidente sudafricano por parte del farandulero devenido en lo mismo en Estados Unidos. Era una salvaje mentira que no podía creerse que estuviera sucediendo, pero estaba exponiendo videos presentados como de Sudáfrica que había sucedido en su país.
Televisando la mentira, como espectáculo para crear opinión
Esta semana en otro parlamento, uno de los políticos recurría a la pérfida frase:
"Como ha escrito en la prensa"
Detrás de esa frase se sucedían afirmaciones sobre otro político, por supuesto, de ideología contraria y susceptible de ser difamado y arrastrado por los suelos
En ese medio se hablaba de 16 prostitutas viajando para ser utilizadas en una bacanal. Quien lo había escrito y ese político acusador, podríamos pensar que habían sido expuestos a una alucinación donde según iban dando detalles, les podría costar dominar sus propias eyaculaciones pues los detalles subían en calor, incluso para los más puritanos de los oyentes, entre quienes pretendían estar.
En el imaginario, recreas a periodista y político en un mano a mano, literal, por ir dando detalles, cada vez más escabrosos, y donde ellos mismos necesiten desabrocharse diferentes botones y con un sofoco del que cuesta salir indemne en su posible decencia.
Ese oyente, lector empieza a ser consciente de la indecencia del político que ha pagado a diferentes periódicos: The Objetive, El debate, OK diario para que en nombre de la libertad de prensa, y, en algún caso, protegidos por una pretendida creencia en un Dios, que han encarcelado en sus intereses, se dedican a poner las noticias de tal manera que luego, ese pérfido político dice que:
"lo ponen en la prensa",
sin aclarar que sus medios subvencionados, mienten, por desgracia y por su torticera libertad de prensa que tan rentable les sale.
Existen sicarios que callan ante eso y se rebelan cuando las siguientes hacen su trabajo:
Los besos que nos dan Irene, Laura, Pablo, Manu, Jesus, Javier, Silvia y muchas otras con su honestidad a la hora de exponernos a la información, a cambio, son impagables.
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