domingo, mayo 11, 2025

Olores por Oldham street

  Cuando viajar era traer el mundo; aquella chica que viajó al más allá y se vistió con su curiosa ropa para cambiar de vida. 

   Salió de allí sin dar aquel paso y todo siguió igual, eso sí, su inglés fue dándose cabezazos para vacile de alguno, nada que no hubiera paso a lo largo de los siglos.

   Mary que fue allí para buscar a los Chemical Brothers, The Stone Roses, The Smiths, The Durruti Columns, si dió aquel paso y de allí salió vestida para otra vida, huir de aquella en la que la habían, incluso, amputado su destreza con su mano dominante porque sus antecesores seguían a pies juntillas todo lo que les era expulsado por aquellas pantallas que si, había sido un descubrimiento que jamás hubieran imaginado en sus años de miseria.

   Mary cuando llamaba y hablaba con su padre sentía aquel profundo corte que le había producido en su personalidad; era una herida, que se imaginaba se había ido uniendo a otras, hasta que tomó la decisión de seguir la luz que nunca se apaga. Recordaba su primer día en la famosa tienda fashion de segunda mano del viejo edificio de Oldham Street, entró y con sus pocos recursos, se fue metiendo por las diferentes tiendas, probándose zapatos, camisas e incluso un sombrero, con el que salió, horas después, que nunca hubiera imaginado llevar, sobre su negra cabellera. En alguna tienda dio un beso furtivo a una dulce chica; en otra, lo alargó con el apuesto vendedor que la retuvo durante un tiempo para que años después pensará que había sido toda una vida y cuando se colocó la minifalda, sintió que la vendedora retuvo la mano un tiempo mas prolongado del prudencial, que la hizo agitarse.

   Al salir, se metió en un bar donde escuchó "there is a light that never go out" y la siguió hasta el baño y de allí se desprendió de sus miedos.

   Llamó día después a casa, habló entonces con su madre y comprendió tantas ataduras en las que estaban envueltos. Se puso al teléfono el padre que seguía encerrado en un mundo viejo, aunque la televisión creía que le había abierto las puertas para recibir el universo.

    Ella, con las espinas clavadas por los apriorismos que la habían marcado su niñez; fruto del ideario que había ido transmitiendo los mengueles patrios e iba recordando; mientras su padre hacía largas pausas, para lanzarse a hablar de los interminables nuevas ideas que le transmitían en la televisión. Era su nuevo dios y el "parte", la palabra en encíclica que cada día le mostraban para explicar la existencia del ser humano.

    Mary había entrado a trabajar en una librería, era su sueño desde que, primero había ido a Dublin y en Sweny Chemist, PJ la había dado un abrazo, una cordialidad y una erudición que había culminado en un Pub y después con una enorme vomitera sobre el río Liffey, para devolverle parte de su contenido en agua que llevaban las famosas cervezas Guinness. Allí visitó Upstairs books con libros para la militancia, como en Ciutat Invisible de Barcelona.

   Sus hermanas menores se habían quedado en la pequeña ciudad y seguían bajo los influjos del visionario padre, que entendía como una revelación, que lo que le habían transmitido de palabra, ahora él lo podía ver y escuchar en primera línea, le agrandó más su alimentado orgullo de sabio conocedor, lleno de certezas, no podía atinar a comprender que eran los mismos que poseían los anteriores canales de comunicación, los que manejaban, ahora, los hilos de las noticias que muchos periodistas travestidos en ropas y pelos que denotaban sapiencia les arrojaban como un nuevo mana.

   Cuando de nuevo cogió el teléfono el padre, Mary sacó fuerzas y le dijo que se desnudará de aquellos ropajes con el que le aprisionaban. Si sus hermanas no podían ir a los campamentos de verano, ni a las carísimas clases era porque él seguía creyendo a aquella fullera reinona a la que votaba por su libertad y su bajada de impuestos, pero que aún así le dejaba sin recursos para poder liberar a los abuelos de tenerlas todo el verano vagando por aquellos lares, su antiguo pueblo.

    No volveré a la vieja casa, mientras tú sigas encerrado en un mundo que no existe, donde sólo eres una pieza más del sistema que buscan eternizar. 

   Lo pequeña que soy en mi Manchester, lo uno a seres que estamos en búsqueda, pero ya si liberado de la cadena de ondas que nos envuelven en cajas celdas. Sabes, padre, que ahora soy miserable porque no estoy con todos vosotros, pero tú has estado demasiado tiempo encerrado y nunca comprenderé porque les das tu valioso tiempo a tipos que les importa un comino si estás vivo o muerto.

   Existe otro mundo, en el que el único miedo es al que transmiten un odio en el que os enraizaron quienes, amenazan por mantener su dominio. 

    Mary colgó y condujo sus pensamientos por la noche, hasta que el saxofón de Clarence y Jake la abrazaron para cubrir su desnudez

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