Pone tarea el profe con palabras que profanan mi ignorancia, pero las busco; Candy toca en Moondance con Van Morrison y la alfombra se despliega, es un reto.
Yara es la mujer, fotógrafa que llegó desde una Siria destrozada por unos, otros, con la colaboración d la Comunidad Occidental, financiador interesado. Ken Loach y Paul Laverty, guionista, penetran en las entrañas de un barrio en la Inglaterra obrera, en la que entra el veneno de ser más de quienes han llegado, debilitados. Sus necesidades les rompen los espejos para no reconocerse en el otro.
TJ Ballantyne y Yara navegan en el mismo océano, reconociéndose en sus pesares. Durante años, los medios, no olvidar quienes les financian, grandes empresas interesadas en reducir impuestos y aumentar ganancias, atacaron a partidos que para nada rompían la sociedad, sólo buscaban un equilibrio dentro de los ciudadanos, empezó en Grecia, ¿es verdad que los bancos alemanes mintieron con los datos con los que la extorsionaron?, luego Italia, Portugal y siempre una derecha heredera, enloquecida, amamantada por emporios nacidos en la dictadura española, van tomando posiciones en una Europa que vende la democracia como un envoltorio que ya les empieza a parecer incluso prescindible. Todo el entorno mediático volcado para romper iniciativas en las que se ponía coto a sus grandes anunciantes; dejaron de hacer periodismo y se convirtieron en un pútrido marketing desde el primero, hasta el devenido energúmeno Pedro Vallín, ángel caído de un apesebrado partido trampa.
A cambio dejaron los caminos expeditos para esa ultraderecha, entendiendo dentro de ella a quienes han estado en casos de corrupción, mentiras, odio, traición
Nuestras protagonista van viendo como alrededor, incluso entre quienes tienen que pedir que le paguen una pinta, se teje una red con hilo de rechazo al diferente. Gente que en Lisboa con su sueldo no puede pagar un piso o que allí en ese barrio obrero de Durham tiene que elegir entre calefacción o comer. En una metáfora, les cae mierda a todos; no les llega a quienes les han envenenado la mente, sólo a quienes les aflojan las juntas y a los que se divierten con su maldad o como Charlie, apuñalando a su amigo de infancia.
Unos fueron echados de sus tierra por cálculos que necesitan sesudos análisis y de los cuales no estamos muy lejanos por oscuros intereses de los que, luego, nos arrojan sus migajas y desprecio
Otros, los parroquianos habituales, asumen que es lo que les toca, ser los felpudos del capitalismo y disfrutad de su ácida y cruel ironía sobre quien está peor, incluso de los suyos.
Una compañera la enmarca en el futuro: La esperanza le parece obscena, le dice a Yara; ella responde que sin esta, el corazón deja de latir; Please Believe in yours hopes, if not the heart will stop.
Ken, nuestro incombustible luchador, nos repara el estandarte de los mineros de la zona; lo lucen orgullosos, quienes marchan juntos por no perder nunca la fe:
Fuerza, solidaridad y resistencia
Para los 6 de Zaragoza, para las de Gijón, para Pablo Hassel, para las niñas-os atrapados en las cárceles preparadas por los exterminadores que sirven al poderoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario