lunes, octubre 09, 2023

Entre puente y puente

 Suena la guitarra de Michael Kiwanuka sobre las aguas del río que visitó. Hoy, por fín, hemos conseguido madrugar e irnos enseguida al lugar acordado para hacer un descenso que creemos nos llevará unas horas. 

 Las montañas, los árboles nos zarandean de una manera suave, como si nos quisiera tener en su regazo; nos hace sentir esa naturaleza el respeto mutuo. El contraste con el río que se desliza es apabullante. En la inclinación del lugar ha cogido una velocidad endiablada. Según hemos ido subiendo, hemos ido encontrado espacios donde detenernos para contemplar los posibles lugares de paso y donde nos colocaríamos para darnos apoyo. También hay momentos en el río parece tragado por las curvas de la carretera que parecen haberlo engullido. Cuando se llega a lo desconocido, paramos, sacamos las piraguas de las aguas y sin quitarnos el casco, nos movemos entre las piedras y las sendas que algun intrépido haya despejado para hacer el mismo recorrido, quizás alguno también ha buscado cuevas donde habite el bello equilibrio que nos trasmite "l'ombra della luce" de Franco Battiato.

  Quienes acuden a las entrañas de la tierra se exponen al tallado que ha ido haciendo el tiempo y sus elementos sobre esos lugares. Esos exploradores permanecen silentes sobre sus descubrimientos; es un tipo de egoísmo que ayuda a dejar en paz esas cuevas para que cada uno de sus obreros pueda continuar con su obra, sin que la humanidad pierda nada por no conocer esa culminación del trabajo conjunto de la tierra, agua, aire. Hoy se muestra todo, a todos, incluso a las bestias que igual devoran ese espacio para atraer los espíritus que descuidados serán absorbidos por las aguas podridas de las mentiras que han sido introducidas cuando creías que no era demasiado tarde para salvar Shooting star-

  La sinuosa carretera te lleva a un mínimo istmo que utilizas para bajar tanto embarcaciones, como material. Aún así, deberás descolgarte con cuerdas, porque los canchales siempre están dispuestos a deslizarse contigo encima; con finales imprevistos. 

  Cuando haces esos descensos, existe una cierta amistad y, de alguna manera, ante cualquier contingencia unas y otros estamos dispuestos a ser un puente salvador del que salga una cuerda a la que asirte ante lo imprevisto.

   El sentir esos cuerpos y mentes en alerta nos mete en la cuerva interna de ayudas por las que labraremos caminos para volver a salir a los días repetidos



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