Cuando vas aprendiendo a tocar el saxófono pero no puedes dedicarle toda la atención que quisiera, en muchas ocasiones tienes la tentación de mostrar cosas que ya te vas dando cuenta que no está del todo bien.
Aún así, porque crees que estás trabajando mucho, lo envías, aunque sabes que eres el trampas, ese jugador de cartas que tiene las cartas marcadas y alguna escondida entre la camiseta larga que llevas, incluso en estos días que parecen se quedarán hasta que nos quememos y entonces descubramos que el problema no era si una España se partía, o se quebraba o se convertía en un erial; entonces deberás ver la mirada del diferente y sentir que sólo juntos se puede salir de este gran problema, que nos amenaza con hacernos, otra vez, migrantes.
Enfrente a tí existen personas que no juegan, son profesores que durante años amaron lo que tú llevas 333 días descubriendo si amas. Estos días, quizás, más y sintiéndote cerca a nuestro amigo Raúl y la musa que me lanzó a este descubrimiento.
Los profesores enseguida detectan la treta y te desmenuzando cosas que tu intuías que estaban mal o que enseguida descubres que no debiera haberse enviado eso. Revisar las grabaciones y el famoso pentagrama deben ser tu forma de sinceridad con la que te debes mostrar ante ellos.
Otra cosa, es hacerte "el trampas" pero del "trampas" de Bonanza ya nadie se acuerda y sin embargo de las personas que son capaces de producir belleza con el saxófono, muchas personas la han disfrutado y han creado fieles seguidores.
Hoy, Fix you llega y te hace más bello ser parte de lo producirá su ritmo. Canciones a las que has pertenecido, te adoptan y puedes ir desentrañando lo que tanto te ha dado al escuchar.
Ofrecer lo mejor de ti, para que alguien pueda cantar la canción y entonces, si, un año después, le pueda responder a ella, ahora si, ya tenemos una banda; y el banda podrá oír la sinceridad a la que te obliga la música; cuando la cambias lo más mínimo, a ellos, a los que aman la música, a los que se sumergieron en su universo para darle el punto exacto, te dirán: no lo intentes y les dará satisfacción que te busques en la exactitud y la pulcritud que la hace única y penetrante.
Sabes que ya no puedes ser amigo de "El trampas". Sabes que no te conviene aceptar a quien te apruebe a sabiendas que muchas cosas están mal.
Junto al roble regado en una noche ya de un octubre, rendido por el calor, te sientas, cerca esta el monumento a nuestro Gigante y dejas que el silencio y un cielo impregnado de estrellas meza esa canción o los momentos amados de la vida.
No se puede reemplazar lo único, si vivir para homenajear el tiempo compartido
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