Cerca de ese árbol, está ella, escucha blablabla, pero no es car, es feliz cumpleaños; también al político que en esta época pondría árboles hasta en un pinar. Toma, un cuaderno, diligente él, con todos los días que se quiere ganar el busto parlante para obtener, pongamos una alcaldía; en el día uno, cumpleaños feliz, cumpleaños sin tiempo, te deseamos; le ponemos en un pozo 🕳️ vacío por donde caerá el agua que no regara y el árbol que no respira, más que a bocanadas. Él se ríe, sabe lo sencillo que es prometer y no dar trigo: pitas, pitas, pitas. Quienes le votan, lo harían a una cabra 🐐; quienes saben que todo las decisiones alrededor llevan al arboricidio, son esos anarcos, que perdieron porque la vida les lleva a lo individual y ahí, el infame periodista cubre, si hace falta incluso de forma bíblica, con basura inventada y fabricada por fuerzas con órdenes divinas, siempre es bueno ser dios, todo atisbo de unidad. El cemento ahoga el tronco, vegetal, no político, con trazas de humano; el adoquinado, se traga el agua 💧; y ya tenemos unas nuevas elecciones, unas viejas nuevas perspectivas y la boca chancleatada de siempre; el armado, hormigón vuelve a lucir su cara, por la que las cíclicas desvergüenzas se vuelven a bañar, como los peces.
Los alcorques, ¿quienes conocían esa palabra, hace ni tan siquiera diez años, que no son nada, se trasvisten en papeleras, pero sin bolsa, que también sería curioso que las tuviera, un condóntree, por ser moderno y bilingüe y bífido en la lengua.
En esas posiciones nos buscamos; para el Ta si es sostenido por empresas que esperan devolución de su inversión; para el Tf si saben que con una llamada consiguen mojar las magdalenas que estaban por hacer. Oía a Carlos Sánchez Mato contar cómo habían sido las amenazas cuando fue concejal de Madrid, a la que devolvió la dignidad porque la gente, con su silencio, voto e inconsciencia había mirado para otro lado, por decenas de años, mientras a las arcas del consistorio le metía mano cualquier desaprensivo y empresa que pasaba por allí. A la gente, ves eso, y te interrogas, ¿Les gustará que les manoseen?
El caso es que Manuela, ¡Ay, Manuela! cogió posiciones yacentes y ya nombrábamos más arriba a la cabra, que puede ser cabrón, que tira al monte o encima de quién se pone mirando a Badajoz, bella ciudad. Así, sucia, sometida a los expolios y fuera de esplendor porque los periódicos que la debieran dar su gloria, hace tiempo que viven entre la bazofia y los árboles, caídos.
Cuando todo está en silencio un saxo 🎷 buscaría dar agilidad a nuevas posiciones, pero el pueblo duerme y pareciera una estupidez ese momento para despertar como dar balonazos en la noche, como si Freddie Krüger tuviera una voladura nocturna. Mientras, en esa oscuridad 🌑 contemplo las estrellas que trazan rutas y se vuelven para enviarnos besos de agua, como esos que tanto me gustaban, que cantaba "a capella" Bebe, para la República que anida en nuestro corazón ❤️ y palpita con nuestros actos, que, en mí, debieran ser más ➕, aunque dudo que igual que uno utiliza el ➕ para adjetivarlo con periodismo y es un mandao con posos de sinvergüenza; este signo, que es sumar, añade lo que quiere y resta lo que la adiccionó, y te extrañas y subes hombros.
Son postraciones que tú haces, ante quien te hace sentirte querido.
Happy birthday y todo lo demás. Fd.: Zombie en el Andamios
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