Si se puede, pero no podemos olvidar quienes tienen fijadas en los pósteres sus enemigos, para ayudar a disparar a otros, para tras un tiro propio, imaginarlo en otro, o para hacer más fácil atacar a quien has animalizado.
El ser acanallado vuelve a poner dibujos del enemigo que le ha desmontado todas sus servidumbres a quienes le meten publicidad en su líbelo que siempre ha servido a las mentiras. medias verdades, que utiliza con el silencio de asociaciones corporativas que admiten la delincuencia en el cambio de las realidades, porque al final las presidencias las han tomado quienes saben que dependen de quienes les pagan, quitada la poesía de las 5 W.
Por la noche, buscas la luna llena y al aparecer, a cambio, buscas las luces más lejanas, recorres los caminos de las estrellas. Cuando en medio del camino aparece un jabalí, nuestras sombras se perturban como esperando quien será el primero que desenfunde. Estoy sólo, y este es su hogar; conoce el los caminos, las sendas y los bujes que le sirven para que sus nuevas crías pueden tener un pequeño refugio. El único y perverso poder que tengo es el miedo que puede provocar la memoria por la muerte de algun progenitor que haya producido el ser humano.
A cambio, nos unimos y bailamos thriller. No estamos ágiles pero somos felices, con nuestras limitaciones. Nos recreamos en el uno, dos, tres, cuatro, arriba y abajo. El retroceder espasmódico, saltamos, arriba y abajo, con cuidado y nos vamos, mirando al siete. Tras ello, nos sentamos, miramos este cielo veraniego de Abril, hablamos de nuestros miedos por un verano que nos pueda dejar, sin naturaleza por la sequedad, porque los nuevos visitantes no tomen conciencia de los peligros del fuego.
No sabemos como defendernos, no encontramos la manera de provocar un cuidado extremo.
Pasan coches, que nos cuidan, existen puestos de vigía para que la reacción sea inmediata pero la naturaleza siendo tan bella, es tan poderosa cuando el viento es iracundo, cuando la sequedad es extrema, cuando la temperatura hacen bullir plantas que inhalan a duras penas un oxígeno y exhalan estertores de una vida que proclamaban el palacio que son los bosques que todas tenemos derecho a habitar.
Se une el corzo, siempre tan observador de nuestra propia acción. Habla de las grandes ciervas; con ellas tratan de comer matojos, aún verdes, para que nuestro común lar no se conviertan en piras donde se queme nuestro amado bosque.
Si alguien tiene una influencia en nuestra tertulia es la cabra montesa, viene, con la mosca tras la oreja, luego nos damos cuenta que hay más y que nos circundarán a todos. Consciente de tener una gran cornamenta, se ama a si misma y desde ahí construye un mundo para descubrirse y construirse. Recorre prados pero también riscos y cortados, encuentra abismos y frecuenta bebederos donde algunos echan agua para tener víctimas. Algunas veces, creemos que todas estas cosas pasan entre la gente madura; no hace mucho, les hablaba claro a un grupo de personas; su silencio culpable para recrearse en las reacciones desmedidas de quien se ve menospreciado. Pudiera parecer cosa de mayores, pero no, cuando un cable está desconectado y todo esos silentes seres, con cara inocentes, descubre su incipiente sadismo.
Algunas veces, hoy, lo buscan en los móviles, otras veces, alguien le anuncia, espera que nos vamos a divertir; y silentes, malvados, acanallados esperan un motivo para su mofa, mientras su personalidad se va hundiendo en el cieno de sus sentimientos.
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