domingo, abril 23, 2023

Noor Jeham

 Una elefanta que vivió en encerrada toda su vida a muerto en el día de la Tierra. Una mente criminal tira una papelera a su profesor y un pequeño Goebbels cree que lo debe grabar porque la publicidad es esencial para implantar su mensaje, destruir la sociedad con su impunidad.

  Unos, que fueron estos niños, tienen un negocio, ofrecer a la pobreza migajas para su supervivencia, a los poderosos, que solo tienen inmensa cantidad de dinero y ausencia absoluta de empatía, poder ser asesinos de elefantes, rinocerontes; las Nadias que ven a esos comerciantes del mal, como aquellos que podía haber visto llegar al colegio con sus madres, mientras ella lleva a su hija, piden que hagan justicia con las Noor que quedan cautivas en los diferentes zoológicos como exhibición de nuestra indecencia a quien puede ser débil ante las armas y las tretas humanas.

   Se bestializa a la sociedad siendo tirano con los débiles, manejando los símbolos que suelen ser esclavos de degenerados por el poder. Esos seres que dan paseos por sus "dominios" haciendo razzias contra los migrantes empobrecidos para "defender" a quien vende desde sus comercios, callan contra las mafias que explotan en las huertas, no para darnos productos baratos sino para aumentar sus riquezas por encima de la dignidad humana. Se apoyan en las pagas de sus dueños para que no aparezcan las corrupciones de estos, a través de televisar el castigo al pobre.

  Javier hablaría de la elefanta Jeham, narrándole sus experiencias con las fantas que les compraba su madre cuando los domingos le sacaba de la rueda del colegio para sentarse en una mesa del Mercat de San Antoni y mientras la mamá era parte de una sociología, el mundo de Pérez Andújar era escrudiñar por las mesas de libros si había algún personaje listo para escaparse con él para ser cantante desde la libertad. De hecho, un domingo de aquellos, un libro escrito por una tal Noor Jeham soñaba en dibujos con la tierra de sus ancestros y las sábanas donde encontraba una manada de horizontes.

  Sus últimas palabras era que hubiera pasado si hubiera podido tomar agua con su madre que le había llevado a las diferentes puestas del sol

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