Buscad a Millás, hoy viernes 2 en la última de ElPais. Necesitaría una vida, lo que a él le ha costado una columna.
Nuestros monstruos, que dicen que tenemos, a los que les damos entrada en nuestra vida para convertirnos en parte de ese monstruo.
Corres, la luna ilumina a mi tobillo, para que alumbre a mi cerebro empeñado en correr de noche.
Un disparo que no salió del arma de un nazi, que es un pistolero alocado de mentes frías.
Un policía aquí, un funcionario con armas se cree con derecho a usarlas contra quienes hemos votado que las grandes corporaciones, no sólo se enriquezcan sino que nos dirijan. En realidad me creo que acepta ser un pistolero aunque como excusa ponga una España, de nombre, no de 47 millones de ciudadanos que en su mayoría le vería como ese títere que todo empresario, sin patria, necesita.
Habla de una unidad. Con las diferencias alimentadas por la violencia, ¿Cómo la consigue?
Sólo estos medios de comunicación, siempre en manos del capital pueden y lo hacen, alimentar a esos monstruos. No nos queda más que agitarnos para demostrarles que estamos ahí. La tarea es ingente.
Cuando se dejan poseer por sus monstruos, un día les quieren poner boca, para el odio; ojos, para adornarse de antojeras que ven sólo al enemigo, en algún momento, palpan un arma y la dejan que hablen
Tertulianos poseídos, sueltan su risa floja. Es lo único que les dejan salir de su dignidad sacrificada. Si la tuvieron, si quisieron vivir de acuerdo a lo que pensaban.
Tiempos donde los capitales colonizan mentes para darles monstruos que asusten, que hagan cosas de monstruos
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