sábado, mayo 14, 2022

Aguas

 Navegas con las olas que se van repetiendo por ser un río regulado. Tomas conciencia de tus rodillas, de tus pies y luego tus piernas.

  La tormenta se ha centrado en el río; eso esperas. Te ha costado, pero parece que este año, intentarás aprender a cuidar un huerto de una manera más racional. 

  Luego, cuando llegues al pueblo, habra caído una tormenta, también granizo y seguirás demostrando que no conoces como a 900 metros, la temperatura y la lluvia de una primavera que parece se quería haber ido, te puede dejar con las ilusiones de este año, por los suelos, te imaginas que ahí también estarán las cebollas, los tomates, pimientos y calabacines. ¡Cómo has conseguido limpiar la reguera y dar un espacio para cubrir tus carencias!, te decías esta tarde. El cura lanzaba sus bendiciones para quienes confian en esas prediciones. 

  Most of the time creo que será difícil que tenga la cabeza preparada para envolver las vicisitudes de un falta de atención.

  Antes de todo esto, cuando aún permanecía en  el río y me fabricaba la respuesta a años en los que tras caídas, tras luchas, tras horas y más salidas de la embarcación; sintiéndome pequeño, incapaz, vencido, sobrepasado, torpe y sólo navegante porque otros parecían tomar mi pala; entonces linger on todas aquellas enseñanzas. Ahora bañadas en la voz de de Lou Reed, esta tarde, en las aguas que como dice Javier Gallego, funden los migrantes que desaparecen en nuestras fronteras sólo custodiadas, para producir terrores, como los que producen seres humanos, trasvestidos en policias para ser inhumanos y salvajes que impiden enterrar a una periodista, que sí, nos desnudaba de nuestras tramoyas de visiones con las telas que nos realzan los talles emergidos de los juegos de espejos vencidos. 

   Nuestros asuntos son rios que nos arrastran, te vas dando cuenta, sin orillas a las que aferrarte.

   Logras encerrarte, tras aquellos tiempos, en el agua, como un tiempo para tí, unas paladas que se llenan de los sentidos que parece que nunca encontraste.

    Sientes un cierto orgullo de pertenencia al agua en todas sus formas. En las olas luchas, al llegar a las contracorrientes, pones plano el kayak, aún así, tu falta de velocidad, te menea un poquito la autoestima. 

    Y te viene a la memoria Nadal. Podríamos titular la Nada y Nadal. Tienes tu cierto orgullo y ahora en el agua te sientes, por fín, poderosos; te acuerdas de tu gran crecimiento en las carreras; de un nivel alcanzado con mucho amor propio, que te podría hacer sentir orgulloso. A Ana la comenté que luchará porque esa sensación de poderio, de altas capacidades, no volverán nunca más.

   En el medio de las lenguas de las olas, me asaltan la soberbía de los entrenamientos en dos minutos cuarenta y siete, varias repeticiones de mil; de nueve minutos, un tres y tras él un mil quinientos en cuatro veinticuatro.

   Aquello, nunca volvió y ahora, es agua de borrrajas; entonces, sentirse cansado pero casi, un gladiador. A Rafael, le pasará lo mismo, jugar al máximo con los mejores del mundo, cuando lo dejé ya no volverá y algun daño hizo, y a él, también

  Ahora en el río, parece que vuelven retazos de divinidad, por lo menos en el tramito conocido. A él, seguro que disfrutará de muchas cosas; como un antiguo jugador de Piraguada, me dice que ahora puede sentirse sin limitaciones para explorarse en la vida.

   Aguas que marchan, que en alguna contracorriente parecen querer venir; pero ya, nosotros, los de antes, no somos los mismos. 

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