No debo tomarlo como tal, me refiero al duelo; eso de estar triste, de no ver un futuro, de andar por ahí topando con muros o piedras, que así me han dejado la cabeza.
Me lo tomo como una calle, larga, árida, con soportales, él entra por uno de los extremos y a mí, que iba a entrar por el mismo, me parece oportuno entra por el contrario, pero no por lo que pudiera ser una discrepancia, que se debe admitirlo y con la que estaría toda la vida dando palique; es que ella, me ha dicho que, como siempre, debo continuar bajando la basura.
El caso es que por allí entran las eléctricas con sus cartucheras cargadas de las mordidas dadas a los lobistas o incluso a los exministros que dan corazas a esas grandes empresas. Como sombrero llevan a la Comunidad Económica, que parece ser solo eso, Europea. Van impolutos, soberbios porque quieren arrojarnos nuestra pequeñez, nuestra nula capacidad de influir con ese puto voto del que hacemos gala pegándole en nuestra frente como un pase a un macroconcierto en el que queremos vivir, no me vuelvo a perder el Sonar ni de coña; es más, nos lo señala como si fueramos un producto traído en plena pandemia, además empequeñecidos, porque siendo tan poco, se nos ha sobrevalorado pero para beneficio de ellos.
Se burlan, crueles.
Nosotros, a cambio, en los bolsillos llevamos como carga, las piedras con las que nos masacran nuestros compañeros. Escucharlos tienes que escucharlos, pero leche, parece cosa de locos, que admitan lo uno y lo contrario como parte de un mismo pack. Tú te dices, me voy a tomar un vaso de bebida de soja y te has cuenta que para que la llames leche, te ordeñan a Manuela, y la echan en tu vaso. Joder "Niño de Elche", no me hables de la locura, porque tengo el estómago "fregao" en illo tempore.
Las eléctricas se acercan seguras y yo buscando un árbol o en su defecto matorral para eso, defecar, ¡Qué parece que no te enteras!. En esa condiciones me pillan.
Pero ya les he dicho, a cuatro locos, nos llaman, a seguir para adelante porque a esos, los lobos, o como se llamen, se les enfrentan llendo juntos. Nada de hacer como Ramón Lobo o Antonio Maestre que parecen más empeñados en encontrar diferencias que en adentrarnos por sendas diferentes que nos harán confluir.
Así, que saliendo de nuestras debilidades o matojos, y no en las mejores condiciones, vamos confrontando nuestras miradas, con las altivas, quizás por las torres, que sienten en su salsa.
Por las ventanas crees ves miradas que aún temerosas parecen aceptar que si no salen serán ellas también, golpeadas. Algunos pestillos, se oyen, las puertas, no se las puede engrasar con aceite de girasol, se abren.
Muchos años de victorias se han dado como para que estas grandes empresas sientan miedo pero eso no es importante, más lo es que los ciudadanos comprendan que son parte de un cambio.
Mira que sacan pistolas largas, yo creo que son extensiones, armas automáticas, que no inteligentes que son sus tertulianos amaestrados soltando "soplapolleces" para que te vas a andar con chiquitas con un argumento como que Putin es comunista, como Lenin, porque tiene el mismo nombre: Vladimir.
Es la era del esplendor del descerebramiento. Y muchos de los nuestros, sus víctimas.
Un día ese conglomerado económico tiene que poner topes, porque ven que se deshacen como clan y te empiezan a dar la razón de poner topes.
Pues nada que ves a algunos que les van a hacer boca a boca, como si por tener nombre femenino no fuera una fuerza de machirulos
Decidido: hay duelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario