Ayer leían la poesía de Nadia Anjunan en la concentración de Guadalajara organizada por la Plataforma Feminista de Guadalajara, Solidaridad Obrera, Abriendo Fronteras Guadalajara. Era Alejandro Moreno quien ponía voz a las palabras escritas por esta joven que fue asesinada a los 25 años por su marido y la familia de este.
Cuando dicen que no fueron allí para consolidar la democracia, es esto: miles de millones de dólares para comisionistas, vendedores de armas y otros ungüentos tan mágicos como falsos, señores de la guerra, siempre en el lado que se cobra.
Nada para la educación, para las mejores condiciones sanitarias. Eso evita fanatismos, pero si no tienes una visión cortoplacista del otro.
Dicen, sinceros ahora, maquiavélicos entonces, que fueron para evitar ataques de fanáticos en su amado suelo patrio y estos, asalvajados, han estado a punto de robarles la democracia en su propio país. ¡Qué importan las vestimentas, yihab, cuernos de bisontes! Todos abducidos por posiciones divinas
Nadia es como nuestro Federico, nuestro Noam Chomski, que les sobrevive, faros para iluminar las miserias en la que nos asentamos.
Sólo queda acompañar con nuestra mente y corazón las palabras de Nadia y con nuestros actos revivirla, primero liberando las opresiones de las que nos rodean y poniéndolas en valor en las conversaciones con esos mercaderes de las intransigencias.
¡Cuánto callamos cuando nos ofrecen sus mercaderías de jugadores comprados y lugares de ensueño con cadenas y bolas que arrastramos!
Poema de Nadia Anjuman, poeta afgana.
No tengo ganas de abrir la boca
¿Qué debo cantar?
Yo, odiada por la vida,
No hay diferencia entre cantar y no cantar.
¿Por qué debo hablar de la dulzura
Cuando siento tanta amargura?
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo ser dulce?
No hay diferencia entre hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh, mi corazón, ya sabes que es primavera
Y momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapada,
Que no me deja volar?
He estado callada demasiado tiempo
Pero nunca olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo
Las canciones de mi corazón
Que me recuerdan el
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar con melancolía.
No soy un débil álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido gemir.
Nadia Anjuman (Herat, 1980-2005).
(Fue una poeta y periodista afgana. Destacada impulsora de los derechos de las mujeres, creando círculos de lectura en contra del régimen de su país. Publicó en 2005, mientras vivía, el libro Gol-e dudi. Fue asesinada a golpes por su esposo y por la familia de éste.)
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