domingo, agosto 29, 2021

Contextuamizame

 Llegó una época chunga, muy chunga, tanto que una pequeña habitación era un universo, lo escrito, un viaje y algunos mensajes escritos y hablados el ancla a la razón.

 Entonces desde un esfuerzo de humanidad, llegaban los escritos de Guillem, de Miguel, de Mónica, de Willy y muchas más.

   Unos días antes, el barco monte un fin de semana para escuchar a Mónica García Prieto en sus peripecias para ayudarnos a comprender los mundos que nos rodean.

  Todo era exasperante. En otra hora, todos los días, cogía otra nave, la de Carnecruda. Ante el maremoto que prometía el caos, Javier había decidido montar un faro móvil. Estuvo firme en la cresta, cuando está rompía abruptamente, soltó un AYYYYYYY de 15 segundos, mirando a los opresores, para volver a tomar las riendas y en los momentos valle, no perdió de vista los horizontes por donde podían venir nuevas olas gigantes que le confluyeran.

  Visualizar a quienes sustentan al periodismo hoy en día, me es un ejercicio aún más necesario. 

¿Puede un gran centro Comercial que es esencialmente glamuroso en sus anuncios, dejar de pagar impuestos y con ese dinero ahorrado pagar bazofias de información?

 Debiera evitar esos momentos de abismo, lo sé. 

   Aquellos días, desde Carnecruda, desde CTXT, desde el puente de mando de ambos emitieron señales de socorro. 

 Comprendí que los magníficos artículos que eran tomados de los más diversos ríos navegables, mares, océanos corrían el peligro de quedar a la deriva como los mensajes en una botella, de eternos balanceos.

  Insistían, e igual que veía la honestidad en el trato de los contenidos que me proponían, entendía que esos empresarios de oscuros comienzos, esos poderes judiciales que eran analizados, en sus dineros negros, en sus desembarcos piratas ante los derechos humanos, o esos políticos proclives a recibir a los prostados, no apoyarían que CTXT entrara en los muelles donde esperan los seres que buscan salir a las Itacas.

  Un día, alocado, miré la riqueza de los campos que en aquella primavera se tenía con hilos de arco iris.

  Encadenado por el fin del humano, bailado en las voz de Javier, decidí preguntar a Miguel, oye tu barco, guarda el barniz del embrujo de Morente y las velas tripuladas por Willy que sustentan las soplos de aquellos que les desaparecieron y que están en nuestras miradas, 

¿Dónde está el horizonte?  No sé si susurró, en ver con los ojos del corazón, y explorar con la mente de los encuentros para buscar las sendas, de dónde tomar los pasos por entre estrechos y acantilados.

 Creo que lo dijo más fácil, aparte de suscriptor, me hice socio. 

 Un año después, a aquel compromiso se suman nuevos faros.

       Un sacrificio para sentir orgullo de                                  Contexto, CTXT


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