viernes, agosto 06, 2021

Cruces sin encuentros

   Lo bueno que tienen las rotondas es que cuando llegas a un cruce, puedes decir que tienes que respetar las normas para tirar al lado contrario del que toma la otra persona.

  Me ha pasado con un monarca cualquiera; puede que le haya pasado igual a él, conmigo. Podríamos decir que, mutuamente, nos hemos hecho los suecos. 

  Él venía hacía mí, con sus parabienes y su sonrisa eterna. Yo iba por mi camino, con mis andares cansinos y mis sueños; nada glamouroso debo reconocer, que no atrae, ni rechaza, lo peor que le puede pasar a un saltador de altura.

  Mira que ya, despues de Carlos Llamas, fui perdiendo la afición por las tertulias. Al no ser analista, no puedo decir que era lo que me gustaba; pero transmitía tanto, que durante años, tenía una sensación amarrada al cerebro, de inteligencia, tolerancia y sobretodo capotazos a quienes a la vez querían dar verónica, naturales y otras artes a los oyentes.

  Recuerdo a uno de sus contertulios, hace doce años, al menos, decir que la Comunidad de Madrid era bilingüe, cuando llevaban unos años con la añagaza de que todos los institutos debieran serlo en un futuro inmediato. Ni entonces, lo era, ni lo es ahora, ni se ha tenido voluntad de que así lo fuera desde las instituciones. Hoy, otra contertulia, vuelve a la misma estrategia de aquel, en principio educada, en principio pidiendo intervenir, pero para terminar faltando al respeto, a quien con ella está debatiendo, para achacarle un no dejarle hablar, que ella ha cumplido a rajatabla con él. Misma estrategia, por supuesto, estudiada y difundida, me imagino, que por todos los ámbitos políticos. Aunque siempre coincide entre quienes defienden lo indefendible creando una tela de araña, donde para reforzar su red, igual le da añadir restos de pan con tumaca, que patas de percebe, que un grelos, o un resto de ibérico.

  Entraba después un debate de jóvenes, pero cuando uno pierde el amor, durante días, meses, años o un incluso una eternidad, tienes la sensación que te mueve la patata, que no patatas que esas hay que ir a regalar, pero que al final empiezan a germinar de forma improductiva y un día, focalizas, te las arrancas y se te vuelve borroso aquel sentimiento.

   Hubo una época que cuando caminaba hacía ese cruce, ahora comprendo que quizás más hacía esa pequeña tela de araña, me entretenía cumpliendo con lo mío, y aceptando como irremediable algunas cosas. Por los caminos que he tomado, me he cruzado con algunas personas, hechos pero, sobretodo, he ido en paralelo con muchas cosas que creía que ibamos en la misma via, pero desde luego no veía, los paneles transparentes que me tenía alejado de ellas.

    Todo ese hechizo se rompió el 15M, aquellas instituciones que parecían inevitables y de las cuales te sentías charlatán de una tertulia de bar, empezamos a darnos cuenta, no los que siempre habían estado ahí y habían sabido que eran, sólo, un poder de hombres, sobretodo, sino los que de forma ilusoria las veías en nuestras propias vías, adelantando y saludando, levantando la mano, nosotros creyéndoles que nos saludaban pero en realidad nos decían adios, mientras con la otra mano se iban tocando, ahora pienso, o la bolsa de los dineros obtenidos, diciendo que nos representaban, o la del escroto, para gritarnos que les importábamos, los susodichos.

    En toda la sociedad, no existe ninguna excepción, quienes habiendo adquirido una condición de vida digna, parece querer ser representado por ese tipo de gente. Pulcro, en cierta forma, discreto, con un sentido de sociedad que parece sosegado, podríamos decir que nuestros módelo de sentimiento ante la vida, podría ser la sueca. Cuando hemos llegado al cruce, los que vienen de enfrenten se van a su lado y nosotros al opuesto. No nos molestamos. Sea en caminos en la misma dirección, como dijimos, sea con quienes vemos a lo lejos en esas rotondas, hola y adios y a otra cosa.

   De los que han estado siempre, a veces recibimos nuestra falta de voluntad y consistencia, ¡qué decirles!

   La crueldad del contertulio de entonces, del consejero de economía de Castilla León, que entrevistaban hoy y de la contertulia, ella misma victimizada para defender lo mismo que el anteior es que lo que piden defender es la bajada de impuestos, mentirosa añado por si me equivoco, que beneficía a los que más tienen, no es para activar la economía, sino para que los que ahorran una grandísima suma de dinero, este lo puedan emplear en crear asociaciones y partidos que consoliden sus privilegios y ejerzan de somátenes, policias de ricos, que puedan atacar impunemente a la parte de la sociedad que empobrecida, se rebela para reclamar unas condiciones dignas de vida. 

  Saber estos días que grandes fortunas y directivos de alto nivel, beneficiados de esas bajadas de impuestos, han ayudado a crear y mantener asociaciones como Hazte oír, germen de Vox, y que exista una parte de la sociedad que crea que estos, al devolver los favores a sus mecenas, en los fondos de mensajes más diversos que estamos escuchando desde hace tiempo: culpabilizar al migrante, odio al diferente, alabanza a la violencia de hace ochenta años, y adornados con las formas de himnos, banderas, ideales. Que esa parte, con la que convives, puedan dar su confianza a esos interlocutores de sus amos. te produce zozobra, y compromiso. Quien en la vejez, esconde en la aceptación de esa conciencia de maldad existente, su vivir cómodo, no es un signo de sabíduria como dijo un beneficiado del sistema, sino un ser que aceptar que su cerebro vaya hundiéndose en la miseria.

  Stieg Larsson, escritor sueco, nos rebeló todo lo que podía existir debajo de aquella sociedad, también idealizada a lo lejos. Hoy, cuando tras la sensación de derrota que tuve ante la gran compañia telefónica que durante tres horas y siete minutos, no me atendió, ni por teléfono, ni por whatssapp, ni por su app, y más allá de ello, porque me descubrí que no podía escribir la novela que me estaba dando margen a escribir, de infames, conseguidores, corruptos, intermediarios, meretrices de la justicia.

 Sólo me veo capaz de dedicar unas intensas palabras de agradecimiento a Willy Veleta, viajero en una España, que busca encontrar compañia entre quienes por años, añoran los abrazos, besos y enseñanzas que les podrían haber dado quienes eran consecuentes por unos ideales. Esa España existió y existe, para construir, no contra nadie, sino con todos.

  Triste es, confiar en los emisarios de quienes te someten, al no ser que quieras ser un esbirro, a sus órdenes. Aquellos tuvieron unos jefes que siguen siendo celebrados en placas.

   En su nave personal, con el viento de CTXT, las niñas de entonces, que vivieron sus vidas, tiran de la gabardina de quien les pone letra y sonido para que en su ventana les asome al horizonte, ya aproximado, de quienes no pudieron dar besos para ahora mojarse con los manantiales de ellos

 

 

 

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y