En la carta de despido me pone que se ha producido por no obtener los objetivos marcados. Mira que me sabe mal, pero un pelín de razón tienen por haber fichado a Messi para el Piraguada. En la carta electrónica me ponen un meme de un personaje abriendo los brazos y preguntándome: pero hombre pero hombre ¿Cómo has fichado a Messi para el kayak polo?.
Me quedo con la carta en mis manos virtuales y pensando si debo responder. Al fin y al cabo, tres de las grandes fortunas de España no lo han hecho, y eso que han sido favorecidas por gobiernos que les bajan impuestos y les dan concesiones estúpidas (¡joder!, poner vacunas en la planta dos, junto a la promoción de guisantes con huevos como mejor comida de campo) y que a la vez les devuelven el favor a través de una publicidad en medios periodísticos gánsteriles que pueden mentir, manipular y desprestigiar impunemente.
Estas empresas no dan explicaciones ni en la planta baja, junto al satisfayer, ni en la torreta de luz, sobre el glamour que tiene crear partidos para el odio.
Dice Rufián, Gabriel para más señas; el insulto dejenmelo a mí, que de esas empresas, esos actos son esperables, llevan noventa años devolviendo dádivas; pero, ¿cómo se le queda la cara a un currito que en esa magnificada bajada de impuestos le han bajado 20 euros, le han cerrado su centro de salud por las tardes, tras la siesta por levantarse a las seis y le han mandado a la octava planta de realidad virtual?. Buena pregunta Gabriel. Ya sabes, con el odio te mandarán a Mathausen, antes que contestarse a si mismos.
Volvamos al tema, que he bajado a regar, me he puesto a injertar granados y se me han inundado los silencios.
El caso es que mi fichaje tenía su punto de razón. Allí, en Inglaterra, poco va a pillar del balón dividido, lanzado entre su piragua y la orilla, sobre todo, si hay cemento y no agua porque no se ha decidido a meterse. Tampoco creo, por mucha precisión que tenga, que vaya a meter la pelota de una patada por el rectángulo de 1 metro de ancho por uno y medio de alto, embutido en el kayak, una herida es lo más probable, que para mí, sí que se hace.
Por lo demás, nuestra deuda podía ser asumible, solo era cuestión de convencer a algunos de los que eluden impuestos. Ellos quieren algo a cambio, me recuerdan. Eh! ¡Que tienen el mini zoo al lado! Ellos están fuera y mandando. Será como tener a mano, de la sociedad que manejan.
Ayuda; por si han perdido la perspectiva.
A los de dentro nos podrán llamar bestias, pero tenemos nuestro corazoncito.
No como mi presidente que me ha mandado esa cruel carta de despido. Mi puesto era de CEO o parecido, que ni ganas tengo de continu
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