No siempre existe la posibilidad de encontrar una luz con la que iniciar una pieza que use el pentagrama como un paisaje de picos de montañas sin fin. A veces, te encuentras un día plano, más bien gris oscuro. Te das cuenta que te distraes en exceso, naufragando en la nada de la tecnología.
Hoy, se están celebrando elecciones en un país apocalíptico. No son cuatro, son cuatrocientos años que han marcan acciones de ahora. Lo explica muy bien un artículo original de TheGuardian, publicado aquí por eldiario.es: https://www.eldiario.es/internacional/elecciones-eeuu-2020/problemas-eeuu-400-anos-no-cuatro_129_6381630.html
Al querer desconectar hoy, cansado , despistado; en uno de sus últimos mítines, el candidato republicano ha dicho que hay que ir a votar. Este ser es más salvaje que un antiguo colega que tuve en los primeros tiempos en la enseñanza. Era representante de un sindicato, sólo de enseñanza; en voz alta en la sala de profesores dijo debemos participar; pero en un aparte, con su voz de serpiente, con su cinismo que exhibía como una ponzoña que te podía envenenar, añadió, pero solo si lo ejerces hacia mi sindicato. Luego, enseguida salió de la enseñanza directa, no era su mundo, medró en un tiempo en que la tecnología no era ni una décima parte de lo que es ahora. Era su mundo, el mío estar lo más lejos posible de esos secuaces
Hoy en día esa vergüenza está perdida; desde un presidente hasta una arco grandísimo de deshinibidos seguidores de la brutalidad, cada vez, se hace visible. Juan José Millás hace dos semanas lo decía: en nuestra mente anidan desparrames varios, a cual más loco, pero existe el control mental para sacudir la basura en medio de los actos de nuestra vida.
No será fácil encontrar las notas y las armonías. La inercias suicidas en un país polarizado se magnifican pero existen seres de luz. AOC, Alexandria Ocasio Cortés es una esperanza
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