viernes, noviembre 27, 2020

El señor cabra

 Se acerca el momento en el que se mete dentro de su imaginario ring.

¿Qué podemos ver?

- Le han tapado la boca para que parezca que de ahí salen rayos justicieros, más no verdades. En un momento determinado, cortan la imagen.

 - Estoy ahí, se quita "el bozal" le llama; "no saben quien soy yo. Coge unas gafas de su Francotirador y una copa, bien llena; "a mi nadie me dice lo que bebo". Si hombre, vino, de 10 años, de ribera del Duero, barrica 50, de la fila 20 de la columna "quinta". Eso es lo que bebes, lo que eres.

Vuelve la escena. Te autoproclamas liberal, dictador, me sale:

- Privatizas, por eso soy liberal, chillas-cantas, pero pones a secuaces que respondan ante tí, y te agradezca toda una patria; no perdón PATRIA, a tu servicio y los que reciben las migajas, siempre sumisos, siempre esperándolas y justificándolas.

- Conciertas, porque "soy minerliberal" por eso tomas el dinero del Estado para dárselo a quienes en sus colegios quieren privilegios, para que en otros lados haya carencias. Todo esto, "oh", "oh", "oh", en el nombre del pádel, y de una iglesia rentista-empresaria.

Cortan la imagen,

- Te has lanzado, con las gafas de piloto con dirección a un muro y tu vaso, en dirección a la pituitaria de abrebar la soberbia para tapar las vergüenzas de tus actos. Nos cuentas el último chiste. Se destruye, lo que se consigue que apoyen a las cuentas de un Estado. 

20 años, de mis éxitos, cinta que se exhibe entre rejas, juicios y comisiones. Comprénla es mía: 

Yo era aquel, que hacía crecer para que el agujero fuera mayor.

Vuelve el cuadrilátero, parece que se ha separado, ahora es una cuadra en un lado, pero le dan luz

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