miércoles, noviembre 11, 2020

En el basurero

 No siempre encuentras artículos como el último leido de Vanesa Jiménez en CTXT.es o alguno de los bellos programas que lleva haciendo desde siempre Javier Gallero, crudo, en su programa de radio "carnecruda.es" (quizás en estos ultimos tiempos, ¿por recientes? se aprecia aún más su excelencia y esfuerzo.

Algunas veces, sucede que caes, como por error con algun escrito de alguien desconocido, con una temática repetida, y que la puedes encontrar más profunda en su trato en muchos medios que tienen, cada vez más, grandes programas de radio o periódicos digitales alternativos.

Te extraña la insistencia en publicar banalidades que por el número de entradas hace durante un periodo, un año, un mes, años salteados. 

Aprecias que no siempre profundiza y sobre todo, que no vuelve sobre el escrito, para limpiarlo de errores, aliteraciones o temas que no pudieran dar más de si.

Descubres que tiene algunos intereses variados pero algunas fijaciones que busca rodear con sus palabras rebuscadas o plenas de pedanteria que no descubre el color verdadero de lo tratado: el poder de la religión, basada en sus engaños, prepotencias y crueldad para olvidar a los olvidados, a no ser que quieran recibir sus caridades, fuertemente recompensas luego por quienes buscan devoluciones en forma de posición dentro de una sociedad de imagen. Un reinado que en su esencia no tiene más que el significado de ser usados por quienese buscan también, justificar sus privilegios,  su elitismo y su presunción de inocencia.

No entras en conocer porque tantas y tantas letras han ido aflorando, por tantos valles de días donde el solo hecho de haber aflorado ha saciado lo que su escribiente tenía tan dentro, como para tí puede ser intrascendente. 

El dueño de los textos los aflora desde lo que pensaríamos que son las cavernas más ocultas de su memoria cada vez más densa, cada vez más colchón fakir que le desvelan. Dejo, seguro, de preocuparse por quienes consideran que la cantidad no es sinónimo de calidad, sin que eso quiera decir que le da igual encontrar fallos, pues cuando de forma circunstancial y sabemos que no periódica a vuelto sobre sus escritos; una coma le ha hecho abrir otra vez la pàgina para adecentar ese espacio. Lástima que no sienta eso en cada momento. El autor soltó diablos que llevaba dentro y los dejo jugando con los diablillos cojuelos y otros compañeros de fatigas que tanto anidan por todas maneras.

Si, hasta aquí hubiera llegado el lector, agradecerle su esfuerzo, no prometer ni un día de continuidad y expresarle que estos minutos, saliendo a la luz, cada día, reconfortan más, descubres lo que no parecía existir y ofreces lo que por aquí eres, sin que sea mucho, pero siendo parte de tí.

El camión del tiempo descargará la inmediatez de los días y de tantas ventanas abiertas. Por aquí, un rayo sale y reconforta tinieblas

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