miércoles, noviembre 18, 2020

Fondos

 Se me sube el gemelo cuando bajo un triple mortal de una nube de ideas que no tienen arraigo como los melones. El señor busca la ocasión para bailar una perfecto fox trot ó a cambio escuchar "precious angel"; no ha comprendido que los Ángeles fueron sus vecinos y que cambiaron de piso y entonces, o ahora empezaron a hablarnos de otros mundos globales, ales.

¡Alex!, ¡Alex!; no me refería a que había productos que no parecía tener fin. Uvas, en Otoño, las de Alberto y Toño, pero claro en Febrero, Marzo, la poda era fuerte y en mi plato algunas uvas movían al ritmo de cha, cha, cha, primero mis tripas, luego mi pandero, ero

Ero; ¡vale es por la mañana y no estamos para eso! Te concedo que acudiré a la ESO, pero lo que si dice Cris, es que ahí, se habla de globales. 

No, no, por favor, no; Alex, no; te digo que son los pedales que han debido dar en algunas barcas osadas, adas

¡Oh, me despiertas con hadas!; oh no, esa miradas; ¡no te pongas mal encarada!

Me dices descarada. No escucho, no hilo, sólo suelto, como para hacer un revoltijo sin tino.

¿Migrantes pedales?, ¡vaya ya alcohólicos!, tan de mañana. Esa mirada, esa mirada ¡ESA MIRADA!, oh esa mirada; ya  comprendo. Si, si entiendo; pero, a veces hablas tanto. 

Son Migrantes que vienen en barca de pedales, o pateras sin motor; que son como si a una partera hubiera ido a ver a una mujer que decían "encinta", más sin utero. 

Antes atravesaron, desiertos. Otros cruzaron los muros de odio-piadoso-concertinas que trataban de decirnos que eran por su bien.

Son los táhures que juegan con el bien y el mal. Te enseñan una corona y te dicen: mira, mira, nada por aquí, nada por allá y esa a tí de la ponen de espinas y a ellos y sus dueños, de comisiones. Te la muestran una vez y te dicen, ¿A qué es dulce y bella la carta? Pues eso es el bien.

   Luego con el ceño fruncido y ves todo curvas, pelos, ojos examinados para controlar la belleza de uno que trabaja, que propone, que crea oportunidades y protección dentro de la sociedad y te afirman: Duros, casi violentos, taxativos y punidores: ¡es feo!, ¡no tiene patina! y entonces te empiezas a escurrir, descendiendo, descendiendo, a la vez que te dicen eso es el Mal, y si no es porque te pones en sus manos, seguirías cayendo, parece que sin un final.

Entonces, decides desenroscarte de esa mano salvadora que parece jabonosa, pero comprendes que es sebosa. 

Y cuando caes, a esa oscuridad que describe Javier Gallego, en esas lúgubres viñetas que dibujo su hermano, descubres que en el fondo están miles de vidas con abrazos para la vuelta, con collares maternos para asentarse en el corazón; con manos buscando la ternura de un inhumano pais, que presta más atención a las bestias, exortizadas por palabras de caballos de Troya, habitada por clasismo, canallismo y su violencia satánica aunque ellos se abrigan de caridad cristiana para pulir su nada revestida de piedras de colores, talladas en sal.

Ahi, fue su sitio, pero no nos dejan. Sus cuerpos, como los de Eloy Serrano, nos dicen sal, nada, desóllate los pies, o los nudillos para llamar a puertas. Habla y si es preciso, patina para limpiar nuestros nombres y sobre todo para proteger a quienes deciden que salir de casa es la única posibilidad para que la ola del hambre, la injusticia, la violencia no tsumanice a sus familias.

Desde el fondo, tantas veces, muy hondo, afloramos; a veces, pocos, otras menos, pero semillas como las de Javi que incluso en Noviembre o en el prometedor  negro Diciembre avisa que crecerán repollos, escaloras, brócoli. 

Y si miras las pantallas y encuentras miradas para acciones, y aunque alguno este con el gorrón, puesto por montera, intuyes que concienciar a quienes te rodean que estamos rodeados de vidas por hacer, no es que es que estes en el inexpugnable castillo de Juego de Tronos, es que vas por la Comarca Media, a un ritmo, tantas veces lento, como algunas menos, rápido, pero que al final de estos 5 años pasados te das cuenta que la mediatriz te dice que fue, pero que te esperan porque las necesidades no paran y las oportunidades para denigrarles tampoco.

Y entonces, te despojas, desnudo de tus protecciones y ofreces los estudios de PorCausa y tantos otros que dicen:

¡Eh, ahí tienes a un ser humano al que mirar, atender y valorar! ¡Despierta, sal Fondo!

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