jueves, noviembre 19, 2020

Tributo a la tierra, Joe Sacco

 Soy el Dene, de un pueblo en un pueblo, que traza las líneas en un gimnasio en el que estallan todas las incongruencias que chocan en vidas compartidas. 

Muevo, paro, contemplo, siento, me asiento, comparto, rompo, me ahogo, me desespero, caigo, me hundo, me retienen y levanto la ceja, ni tan siquiera un milímetro y la veo, me llega, sus formas, sus cadencias, sus olores, sus encuentros, que me asen, me sujetan, me levantan, me acarician, me mecen, me abrazan. 

Es lo único, no la ambición, no los cálculos, no las piedras lanzadas, las voces arrojadas, los silencios con puñales, sólo la mirada para deshacer hielos, espinas, espejos de mil reflejos.

Sacco, entrevistado hoy en Carnecruda.es (Javier, regresar desde el instituto, agotado; pero treinta minutos para salir del desánimo por el poco esfuerzo, por no transmitar lo que se sueña, por la viveza, por la alegria de coincidir con vidas que sólo te tendrán por un instante. Treinta minutos de masajes para la vida). 

Joe viajero a las entrañas de las reacciones humanas para sobrevivir, para cumplir sueños dentro de las limitaciones que nos da el aparecer en un nuevo día, con hambre, frío, sueños a tu cargo, cansancios al que dar nuevos estímulos. 

Lo ha hecho con Bosnia, con Palestina, con la Guerra Mundial, periodismo profundo a través de las viñetas de comic para poner cada día una página desde las que trazes una danza que te puede dejar quieto la eternidad de unos espectadores que pierden la compostura porque desde la quietud puedes trasladarles a muros insalvables, a bombardeos con targets que deshumanicen a los objetivos a quienes vas a dejar sin padres, madres, o futuro al que mirar, pero que sentirás que fueron un juego con el que has aplicado la última actualización.

Explora el lector, el visor, en los trazos que hablan de mañanas de hielos que sólo se pueden calmar con el anuncio del único café del mundo, traido de forma expresa para tí, para que sientas el sabor de la bachata, como si esa fuera la música de los inmensos pinos que sueltan mamporros sobre los tambores al ritmo de las costras de hielo que caen para producir ruidos de historias inacabadas.

Califato 3 x 4 para poner compromiso a los futuros en los que nos debemos encontrar con viajeros que tengan asientos para compartir pasos, pérdidos, si no son solidarios

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