Oía ayer al "señor Sanabria" entrevistar a Craig Hodges, para el programa de "carnecruda.es",. Me acordaba del apellido y enseguida creí recordar el nombre. No había fallado; de pequeño y joven fuí un consumidor de casi todo tipo de deportes y con el tiempo descubrí la maravilla de practicarr otros que no fueran el fútbol.
Craig Hodges podría ser un personaje que se quedaba en las pantallas del deporte, como podría ser mi visión de él. Así nos los presentan a todos esos héroes que debemos asumir por la concienzuda y extenuante capacidad de magnificar o destruir a deportistas que están en activo. Sin embargo, apoyado en la lectura del libro de Alexievich, me doy cuenta que me quedé en su éxito y no contemple su desaparición como un rasgo de las miserias humanas.
Era, en aquellos momentos, ante todo una persona con inquietudes sociales, deportivas con respeto al jugador en medio de una mercadotecnía que aplasta la individualidad y la conciencia por unas condiciones mejores en el ser humano, endiosándole mientras es convertido en producto vendible.
A pesar de ser esencial en el éxito de unos Chicago Bulls que pareciera que sólo tuvieron un Michael Jordan inconmensurable, la maquinaria le diluyo como un azucarillo en un café que aún así fue amargo; porque en aquellos momentos los jugadores vivían el día a día, paneles de gloria que, en muchos casos, les dejaron desnudos ante un futuro inmediato, sin luces de neón, que les arrolló.
Estoy seguro que ese ser anónimo hubiera sido entrevistado por Svetlana para averiguar como había salido vivo de aquella batalla, que en la entrevista Craig respeta, pero que sin embargo, como un personaje de "los muchachos del zinc" fue metido en el ataud del silencio y la falta de contratos por haber querido reivindicarse por encima de esa maquinaria tan bien engrasada por millonarios que prestigitan con los cubiletes del entretenimiento mientras se preocupan de hacerse todavía más ricos.
Exhiben nombres, sólo para la mitología que parasita a los admiradores.
Sólo ahora, ante la desmesura de personajes dañinos que suscitan pasiones a favor y en contra han reaccionado la mayoria de los jugadores, sobre todo los de origen afroamericano.
El veneno de estos seres tan esperpénticos como venenosos, que han hecho morir a demasiados, pero no a todos, ha despertado a estos ciudadanos apaleados, asfixiados, acorralados para sentirse unidos, los seres de éxito con los seres atrapados en telarañas de podredumbres.
"Long Shot: The Triumphs and Struggle of an NBA Freedom Fighter" libro de Craig Hodges, escrito por un personaje que hubiera sido entrevistado por Svetlana Alexievich para que hubieramos roto los escaparates inhumanos de las grandes manifestaciones o acontecimientos.
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