domingo, agosto 09, 2020

Agitado

En un vaso de leche, puedes encontrar un líquido que no se atenga a la obtenido de los animales; por lo tanto sería más conveniente llamarla bebida extraída de la soja, en mí caso.

¿Qué te permite? Pensar en los países que abren paso primero a los animales para conseguir más pastos y tener una ganadería intensiva que rentabilice las inversiones, al reducir costes y sacar mayor rendimiento a los diferentes tipos de ganado.

Por otro lado, la soja necesita de la destrucción de esa masa arbórea, por ejemplo, que se está produciendo en el Amazonas.

 Desde nuestros pitufos, schtroumpfs en el francés de nuestros belgas de la región de Namur, hasta nuestros actuales vestuarios azules, sin embargo, quienes han triunfado los que se transmutan en espíritu ecologista pero, sus actos profundos son de un ansía por el rédito económico, impúdico son los anunciantes que son capaces de aparecer como los máximos defensores de la naturaleza, cuando más de su 70% de su inversión los dedican a recursos fósiles.

 Decía el otro día un "emprendedor", para mí que encendido, algo con una gran veracidad en los resultados final: que si necesitaban cambiar un gobierno para obtener el producto que precisan para construir, en su caso, el coche "panacea" eléctrico, lo harían. ¿Es mentira? No, es terrible y tremendo, en las mismas proporciones de veracidad. Puede alguien pararse a analizar quienes son los que están apoyando a un rey huido, o al menos ido en el sentido bíblico de marcharse a tierra prometida, ante todo los que antes habían salido beneficiados porque una vez que se ponen a repartir, de arriba va cayendo hacía abajo y es estar en el momento oportuno.

Las lista podría ser tenebrosa de los que han estado implicados en cajas B, mentiras escritas, entre confabulaciones financiadas por diferentes receptores de obras públicas y otras prebendas, repartidas entre los que eran capaces de repartir bendiciones y saludos en palcos, a tiempo. 

¿Podría alguien mantener el tipo a la hora de hacer afirmaciones estúpidas y sonadas si detrás no estuviera la recepción de monedas oro, a sus traiciones y balandronadas?

Yo, porque he visto la foca de Santander llena de musgo, que si no, cuando me la hubieran enseñado y guiado en mis palabras podría haber asegurado, que está la afirmación cierta de que estos anfibios eran de Marte y que habían empezado su invasión, a través de sus sustancias corona víricas. Verdes ¿a qué si?  Claro, no se me escapa ni una, porque además allí, de manera fácil, se pueden colocar coronas que luego cuando te adentres en Asturias y quieras seguir los lagos de Covadonga, lo vas a comprender mejor. Siempre es posible empezar una falsa reconquista

En ese estado de cosas estamos, y yo, porque a mis aseveraciones no las puedo poner una mascarilla con la imagen de las piedras grandes, y todas sus verdades; si no, la hubiera sembrado del producto que llevamos días teniendo en la punta de la boca. Quizás no obtengas nada, pero la fiesta puede ser curiosa. Un producto desconocido que mantiene toda nuestra atención, como el volumen de la rapiñado por tantos señores de bandera en la boca o ahora en bozal, mascarilla, mejor dicho. 

 

No poder dudar de las capacidades de diversos anímales para ser fieles por los cuidados recibidos en contraposición a quienes tras recibirlos, se tumban al lado de su cuidador para ver, si en su codicia, también se puede tragar a este. Un día aparece un bicho de estos en una mascarada y le dicen: a tí te adoramos. Claro los que le han dicho esa lindeza. ¿Es una lindeza o no, decirte que nos postramos ante ti?, no esperan que a lo que le llevan para comer para él. Este ande mangoneando con la comida de ellos. Pasa a veces, eso sí, que este de todo lo chupado, se le ha quedado en los dientes y los adoradores cogen migajas nuevas y les gusta, se conforman. ¡Qué locura! para los que ya negamos está facultad, verles en una feria de las vanidades; dándose cabezazos, mientras quien debiera tener la balanza ciega para ejercer la justicia, levantan sus vendas de ecuanimidad y se alían con los que han creado el circo donde exhibirse. Cada vez resulta más penoso que alguien aporree a un ser humano que señala tantas incongruencias y se quede quieto esperando su premio, cuando ve a personas que ponen en peligro a sus iguales, con cayetanas exhibiciones. 

Recibir sus personalísimas recompensas, debiera comprender, que en muchos casos, es para que dejen de cumplir sus funciones de respeto al ser humano, por encima de riquezas advenidas. No ha sentido de la justicia, si los símbolos, himnos y palabras divinas producen sumisiones; primero la suya, remunerada en la menor proporción al daño producido a la ciudadanía

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y