martes, julio 08, 2025

Fermín

 Llegaste tarde me dice Tadeo, sin ningún miramiento .

    En el entusiasmo me marco un Sarri, Sarri, Sarri pero ya no vienen los empujones del Cherno; tantas barreras crecidas, además de las del tiempo.

    Empujan y chillan. Provocan y humillan. Siempre existe un enemigo escondido que les lanza y les amamanta. 

    De esas grandes empresas que financian no se habla nunca. De las administraciones que les riegan de contratos y luego hacen que contraten sus sicarios, tampoco.

    Sólo es tener el foco de atención en otro lado y luego ir colando en jóvenes la desazón. No hay tiempo para eso.

    Tiene Javier Ruiz de interlocutor a un ultra, resulta que es policía, como ese que dice que además de decirlo el juez, es que si  no le parece normal a uno que un delincuente lo tenga que pagar.

    Tadeo se le queda mirando y le espeta: Sólo te pido que sigas el hilo de lo que dices, le recuerda, entrarían muchos de tus héroes, 

    Fermín no me celebra, en un coche de  un navarro se quedó las fotografías de un extraordinario escultor. Peligro público; ojalá lo pudieran solucionar. Eran bellas las esculturas.

    Gabriel anima a Fermín, le recuerda que  el chico anda despistadillo, como quienes entregan su vida a lo nuevo y no valiera nada lo anterior. No sirve tener la verdad como un viejo profesor; nos les dice nada, no les aporta. Tiene que coger sus mismos métodos y publicar en esas redes, que pueden se infernales pero sabiendo, al contrario de los otros, que a su mensaje le viste la consistencia.

  A Sarri parece que ahora le encierran entre desacomplejados sicarios preguntando estupideces que siempre llevan la misma dirección.

   No sería lógico saber, publicar, no tan siquiera diez segundos de un camarero, de un dueño de la Posada, de un policía que su prioridad es la legalidad por encima de los dueños del cotarro y

    silencio, se teme. 

Embestidas financiadas y protegida señalan.

¡Cuánta zafiedad y maldad son capaces de inyectar en una sociedad, como dice Juan Luis Cano en la que ante un genocidio, los días pasan!

   


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