Subiendo por entre los riscos, me encontré una flor; me la imaginé sobre mi solapa, de aquella chaqueta con la que me casaría
En esto, margarita que estaba en sus quehaceres mirando al sol, se dio cuenta de mi presencia y me conminó a que me apartará de aquel lugar al que llegaría los rayos en un tiempo prudencial.
Hola buena señora, ¡qué gran presencia tiene!. Siempre me dijeron que su belleza era proverbial.
(bufando) vaya otro que viene con sus galanterías. Lo siguiente, ¿no le importaría que la cortara y la llevará luciendo en mi día más grande?
Por favor, por favor, como se ha imaginado eso de mí, Bella margarita.
Mira; 30 metros más abajo, es el cuerpo de Godofredo, me prometió que me trasplantaría en su magnífico y enorme jardín. No le deje terminar, se movió la piedra en la que se había sentado para hablarme y cayó, dando 15 vueltas de campana y terminando con un salto del león, al volverse cuando creía que ya dominaba su inercia. 30 segundos de agonía y dos horas que lleva hay sin sentido.
Sentirse bella, en el día más importante de un ser humano.
¡Ah, sí! lo mismo me dijo Manue, por soleares; con su grupo me rodearon y estuvieron diez minutos alagándome, cuando me canse, Lucia, su amante, y Pepi su mujer se agacharon, mientras él iniciaba un zapateado y para abajo que rodó por culpa de la segunda; la primera, ¡que yo tengo primeros auxilios!, ¡qué un boca a boca! y así lo hice Pepi, le metió la lengua hasta el gaznate a Lucia, para abajo que se fue Manue, no sé si habrá parado.
Llegarán las nieves, las lluvias, se apagará el sol entre las nubes.
Y para entonces, ya hará días que me has dejado de decir chorradas y que has abandonado este lugar, te habrás casado, si antes no te has roto la crisma, porque vas a empezar a bajar la cuesta como un desquiciado, cuando veas en aquel ciervo encelado que lo haces con conveniencia social y por supervivencia y no querrás que los cuernos del cérvido, haga más grandes tus heridas.
Si al menos, me dejarás olerte.
¡Quita de ahí! es por lo que menos resplandezco, por mi aroma
Si,
Por favor, ¡Perico! ensártale o que corra hasta que se despeñe
No puedo peinarme
Correr, si; empieza o serás poseído o por cuerno o por nabo
Flor cruel
Flor dueña de su destino.
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