Miras al coche como si fuera el culpable de llevarte a un encuentro con gente tan diferente, con la que se coincidió una época, más o menos larga.
Ya la misantropía va tomando un grado de crecimiento que parece absorberá los últimos tuétanos.
Se pone en cuestión, hasta si el volante, puede haber sido abducido por aquella bella mañana que enjabonó un camino resbaladizo.
A Enric González no le entiendes. En medio de su píldora, hace una faltada de una magnitud que si fuera un abismo sería abisal.
Poner entre lo mundano en la misma frase a Vox, Ayuso y Podemos puede ser inocente o en esos periodistas, más o menos progre parece ser una fijación por un partido que ha sido atacado sobre todo por los periódicos que les acogen.
Podrá, el proyecto que dirige Ione, tener un problema muy grande de una base solida sobre la que sustentarse.
Correrá el peligro de la falta de un sustento mediático de lo que ellos, profesionales de la prensa, saben de su valor y su influencia. Incluso, ya, siempre, lo tenían en cuenta, personas como Lenin cuando compró Pravda en el 1900 o años próximos.
Defender la subida del SMI, la de las pensiones se han conseguido, entre otras cosas, por el trabajo, insistencia y apoyo de Podemos.
El apoyo a mujeres, como las de su píldora, ha sido visualizadas por Irene, Ione, Isa y otras muchas personas de dentro de ese partido. Nombrar con una cierta gran maldad en ese popurrí de lo mundano, lo intrascendente, desprestigia a estos, más o menos, progres juntas letras, le gusta llamarse a mi respetado Enric
El esfuerzo económico que hacemos unos miles de suscriptoras de este nuestro "puto podcast" La Base, un poco del espíritu Podemos, no creo deba ser menospreciado por estos reunidos, que no confabulados, pensamos, narradores soportados por fondos de inversión, los cuales, incluso, pueden invertir también en armas o especulación con las pensiones.
Cuando se oye ese navajazo radiofónico, se viene a la mente tantas bajezas, canalladas cometidas tanto por el otro partido nombrado, como por la killer mandada para comprobar lo destruida que puede estar la empatía hacía los demás seres humanos.
Ante una pantalla se atropellan las otras múltiples razones. Pueden que no sean importantes.
Las explicaciones de ese reputado y respetado periodista podría aliviar esa injusta banalización. Incluso debatirlo con Laura Arroyo podría ser, al menos, interesante.
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