domingo, febrero 16, 2025

Formas marciales en cuatro cuartos

    Un vicepresidente de Estados Unidos llega a Alemania y dice que él representa al "pueblo", viniendo de un gobierno de mil millonarios y luchará contra la casta como decía haría un presidente de un país sudamericano que ha estafado a sus seguidores; debe ser por haberse convertido estos en casta al tenerle como referencia. Vamos un Castigador, junto con su selectivo grupo ponzi, de crédulos

    Un hombre comete un atentado y es llamado yihadista el hecho; mientras un hombre blanco, es un desequilibrado que se lleva por delante vidas, aunque todo haga pensar que debería llamarse un atentado fascista como parece haberse transmutado ese enviado Vance, un exclusivista, luchador que lleva marcada la palabra woke para ser golpeada; lucha contra lo que está intentando legislar en un mundo abocado a los excesos de los mercaderes; estos "outsiders" se han convertido en casta, esos seres opositores a lo blanco, lo "de siempre", los valores occidentales;  aunque estos nuevos cruzados nunca lo respetaron cuando era imponerse por soberbia y violencia, a los hermanos Scholl, por ejemplo en la Alemania nazi . Relatos a imponer

    El relato, la toma de lo cultural para imprimirlo en el imaginario de los que no tienen nada en común con ese que se lo proclama y le convierte en su fanático "supporter"

   Quebrarle sus palabras, al manipulador de imágenes que quiere condenar a un funcionario que cumplió su deber se ha convertido en una tarea hercúlea; te meten en un pozo en el que si no estamos listos pueden ahogar a esa persona, como arruinaron la vida del comisario que protegió una de las mochilas claves, para la resolución de los atentados del 11M . Si ya les dio igual, entonces, los 192 asesinados; o, poco les importó que hace poco murieran 227 personas por sus negligencias; no van a admitir que "un nadie" les arruine un sistema creado para que ellos vivan bien, porque siempre van a ser protegidos por quienes seguirán enriqueciéndose, tanto, en las desgracias y en las reconstrucciones

    Relatos del experto y desaprensivo capitán MAR impune con sus mentiras que crea viajes que alejan de la isla de los robos en los que anda implicado. Dueño de fragatas mediáticas, que le acompañan, desacomplejadas; odian al otro, aman la estabilidad e impunidad que les prometen si no les fallan.

     Seres que quieren seguir esos relatos manipulados, donde los poderosos, Bellingham, se convierten en víctima, para no reconocer el ser superior despreciativo en el que se ha convertido, porque una televisión le ha metido en la caverna de la exclusividad.

     Sucesos graduales que parecen tan diferentes; comparados, incluso, terminando en la ridiculez del último; con relatos que van de terribles muertes a estúpidas expulsiones que forman parte de creaciones de impunidad. 

     Aparece ese J.P. Vance de nuevo; se cuenta que en años anteriores, era un ácido delator de las falsedades de quien ahora es su presidente; ahora como un Mellado cualquiera, transvestido, se ha convertido en un mefistofélico defensor de aquel ser de maldad, que describió con anterioridad. Son siervos del relato. 

    Cuesta tomar un libro, en esta época de ruidos, para poseerlo y ser consciente de lo que te cuenta, en una ficción o en algo que sucedió y extrapolarlo para controlar que no este metido dentro de uno de ellos y estés siguiendo un guion perverso; sentirte como un ser ya transcrito. 

     Por ello, abrirlos, para saltar al vacío, desde la ventana de sus letras para empezar a escribir tu propia narración, si te das cuenta que estás en un entre paréntesis, al borde de ser aprisionado por los extremos que te constriñen.

    Proteger a quienes te protegen con sus exposiciones delatoras de los prevaricadores

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