Si Kilian Jornet puede subir las montañas con una facilidad asombrosa y el agente 00algo se puede hacer impune con la joya de la corona; existen raros días en los que se aproximan corazones, con los que no sueles coincidir en mucho tiempo y te dan sepultan entre los latidos de sus abrazos, de esos que no salen ni en los shorts de las imágenes que te confiscan tu tiempo hasta encadenarte, con alevosía y nocturnidad, la mayor parte de las veces, todo para adormecerte con melifluas emociones de lo ajeno; es como unas mezclas de las sustancias con las que juegay provoca Grimson, con viajes a las dependencias de las que él, seguro es ajeno.
Esos abrazos sin embargo se tiñen de pulsos familiares y se engendran desde las mentes que convergieron y se aprecian.
Digitas, como en un saxo, para tocar sobre sus omóplatos baladas de agradecimiento por aquellas palabras, justas, en el peor momento; por las cartas en las que nuestra poca sabiduría delataba que lo importante era vivir cada segundo de partida.
Se hace inabarcable el amor con el que cuidó a su pareja y nace su espíritu de siempre conocer, ¡Qué los limites los ponga el débil e inexorable tiempo! que nunca tendrá con quién emparejarse
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