Días en Nieves para encuentros

  Por aquí, dice Nuria, no parece que vaya a nevar, mirando a José. Este mira primero a sus ojos y después se pierde por el cielo.

   Ella le ha hablado de Nieves; este embebido y abstraído de su pasado, mira a aquella colina que aún conserva su cresta blanquecina. Mientras escucha Tracy Chapman, con ella visitó ciudades perdidas, atravesando el medio Oeste
   Nieves, le repite, tiene de apellido Congostrina y es una divulgadora de historias reales que han marcado el devenir de esta sociedad. A él, en estos momentos le viene como le entusiasmaba las historias que le contaba don Ernesto, eran para niños, entonces estaban separados niñas y ellos, podían ser los primeros años de una Primaria de ahora.
   Hoy, recuerda ella, Nieves te anima a acudir a la manifestación de mañana 23 de Febrero a Madrid. Las profesoras de tu instituto están derramando su profesionalidad, conocimiento y empatía para que nuestra juventud tenga conciencia de quien les manda, de donde vienen y la capacidad, primaria, casi te parece infantil, que nos enseñó un 15M, necesitamos y Podemos construir otra sociedad sin tutelajes. Esos que vienen de los medios de información que siguen consignas de los poderes establecidos.
   Se ha centrado José y si, sabe quien es su adorada Nieves Congostrina, le sería imperdonable haberla obviado, porque a su profesionalidad a la hora de presentar los datos que aporta en los sucesivos programas de la cadenaser.com aporta una profunda empatía por quienes sufrieron los impetus de una dinastía que siempre ha traicionado a sus súbditos y una iglesia que, al margen de Dios, se ha constituido para mantener el poder establecido. Como si aquel niño, que dicen su hijo, hubiera sido un lobista en busca de réditos para un conglomerado de millonarios que en cada época, y ahora, también, le cogen, le zarandean y con su silencio bien medido, hacen saludos nazis.
    Mañana marcharemos con profesoras y alumnado que defiende la escuela Pública. Esa que no sirve a poderes establecidos y que no utiliza a esos padres y madres de familia para aprovecharse de su individualismo, tipo “ande yo caliente y ríase la gente” y les ofrece unas comodidades y una abstracción de la sociedad en la que viven. 
   Sus sacerdotisas como esos desacomplejados émulos de asesinos, van a "calzón quitado", y anuncian que no todo el mundo puede estudiar y ser salvados de su destino. En definitiva al pobre de los "Santos Inocentes" le recomienda que vaya teniendo el olfato de su padre, por si tiene que ir haciendo de guía para los ojeos de los mamarrachos.
    Es un 23 de Febrero, como aquel tarde en Montemar; ahora hablaremos de esos tiktoker o lo que sea, fervientes apóstoles de la tierra de la gran estatua de la Libertad, que al descubrirse con una enfermedad muy grave se vuelven a España, por lo que sea que es que los gastos allí les dejarían con su libertad, pero con mucho menos dinero para ellos y más para esas aseguradoras que van lanzando a sus killers particulares para que hagan, aquí también, esa apología y nos convierta a todos en dependientes de sus más o menos arriesgadas ruletas de la criptomoneda que luego deberá pagar, incluso quienes querían prevenir de la bazofia que ofrecían.
    Nieves, periodista enamorada de la Historia y la honestidad, no sabemos si mañana marchará con nosotros, pero su limpieza moral que ha puesto al servicio de esta sociedad nos acompañara, siempre.
     Mientras tras el susto de los dos días pasados, seguimos estando orgulloso de Podemos y a los depravados o cropofílicos informadores que se lanzan sus heces entre ellos para su mayor placer, decirles que si, por desgracia, una de ellas, se ha convertido en un troll de sus papaíto, que manera más triste y sucia por terminar arrastrándose por su profesión, por mucho que la metan en un avión, con mirada a los cielos y caída a los infiernos de la bajeza profesional. 
     Elevarse como una Ícaro cualquiera y caer despedazada por los copos de una precisa y puntillos Nieves
      Ir a un campo de fútbol para ser investidos dioses y comprobar que los filósofos alemanes y griegos, tienen más cosas que hacer que seguir una bola