Cuando amanece un día de cuento vas mirando para cada uno de los puntos cardinales y escuchas aquel en el que a Ignacio Ellacuría, le asesinaba un banda de orden. Él que pedía que hubiera justicia social, en un mundo donde las élites te marcan el límite de lo legal y el terrorismo.
Napoleón, el que anduvo por aquí, si hubiera terminado de pasar El Olivar, actual, ya se hubiera hecho español de todas, todas; se complicó la vida y le dio por dar salubridad a una ciudad como Madrid y con ella, más decencia y orden sus calles y claro mosquean a mi Nieves y esta nos narra que nuestros ancestros quisieron mejor a Fernando VII que ya sabes como son estos borbones, les dices que les quieres y ellos se lanzan a por la fortuna del estado, que eres tú; pero claro como nunca la has visto en monedas y oros; te conformas con esa maldición: "todos son iguales".
Pero aquel pueblo, sólo veía pasar el Tajo, allá abajo, sin las aguas retenidas del actual embalse. Aún así tenía su glamour y no todas esas casas de ensueño estarían pero alguno de los habitantes si que valoraría aquellas aguas que aún iban medio asilvestradas de un Alto Tajo, siempre bello. Una suerte lo de aquellos; ahora los asilvestrados son los que quieren darnos coscorrones con su dios en el que no creen.
Desde el mirador de hoy, ves a Lalachus, jugando para sentir el respeto hacía un arquetipo insultado, que para otros, dirían que son hijos de dios, pues van los Cristinos y los Ni les escuches que dicen que tienen la propiedad de este por amuleto y se ofende por una de las creaciones, que según ellos, es nuestra humorista
Tú, ni te asomas, sobre todo por la sinvergonzonería de estas asociaciones que bien es verdad, no serían nada sin las subvenciones de gobiernos regionales buscando que las escopetas, como las de la feria, tengan el punto de mira desviado o empresas, en busca de ganar no por sus talentos, como diría su Best Man, sino guardando los suyos y robándoselos a los que trabajan para dar dinero a rentistas de un derecho Constitucional.
El cuento de Constatino se pergeñó 400 años después de la muerte de este. Su vida y milagros nos la recrea "la Congostrina" que diría la prima Luisa. Nada que ver con la realidad de un chico bueno, con lepra, que no mata a 3000 niños por humano, dígaselo si eso le importa mucho a las huestes de Netanyahu; El gran Constan se mete en una piscina sale limpió y dona todo al Vaticano y alrededores a la nueva multinacional.
Ahora dele usted un libro de Lorenzo Valla a toda esa manada de advenedizos; te viene aquel que nombramos primero y te dice: ¡uff, prohibido!, ¡anatema!, blasfemo y les achucha a sus domados chicos denunciadores contra Lalachus, Facu, para que proclamen "la ofensa eterna", que cuando te lo dicen, te vuelves y les dices, con un mínimo de decencia, atenderías al mensaje de no apropiarse de las cosas ajenas, la no no ganar dinero de fabricar armas para que se maten quienes luego deberán ser juzgados, por vuestro juez sin estudios, que por lo que demuestran alguno, con ellos, pudiera dar igual. No acumularían casas en la tierra, cobrando del esfuerzo ajeno, para irse ligeros de equipaje y no dejárselo a sus sucesores, para seguir la tradición de holgazanería por años.
Así que nos ponemos a Ondara, que siguió el mito de Bob y se descubrió a si mismo, cada vez más bello y profundo en sus trabajos y le escuchamos por si algún día, nos da por ser un mínimo cuentacuentos.
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